Las cosas están tan
pesadas en la oficina, que decidí pasarme un rato por el Café Fortuna.
Pero esta vez, me volví invisible y me dediqué a observar.
Es invierno, para el
emigrante siempre es invierno.
La gente entra tiritando y se quitan exageradas
capas de encima. El frío, no sólo el que
tiene que ver con temperatura, es parte
del drama de quienes salimos de lugares tropicales.
Primero entró el señor Amable,
ese es su nombre, que de paso lleva muy bien. Amable, ya va por su octava entrevista de
trabajo sin suerte. Me parece que hoy va
en camino a otra porque esta “enfluxado” o “empartolao” ( como decía un amigo Margariteño,
es decir de “partó” o paltó) y luce más nervioso que de costumbre. Fortuna le leyó
la borra del café y le dijo que esta vez sí le darían el puesto. Vi salir por la
puerta al Señor Amable, con aire de triunfador. Y Fortuna feliz, meneando las
caderas.
Al rato, se presentó Carmen,
encantadora cincuentona. Ella no lo reconoce, pero se siente sola. Esta noche tiene un “online date”, otro, allí precisamente, en el Fortuna. Carmen se ha llevado unos buenos chascos con
sus citas a ciegas. Claro, ella miente en su perfil, se quita años y pone una
foto falsa. Fortuna le echa los
caracoles, son más efectivos para cuestiones de amor. Fortuna le vaticina, que
esta vez su cita será un éxito. Hay campanas de boda. Veo a Carmen salir del Café
Fortuna, con diez años menos.
Al rato se presenta
Alexandra, una linda jovencita, recién llegada, llena de ilusiones,
que busca trabajo para pagar sus estudios de música. Un detalle, no tiene visa de trabajo, pero viene
por el anuncio de “Help needed”. Fortuna
la mira, y sin preguntarle gran cosa, la contrata. Alex empieza esta noche, en
el Café Fortuna hay música en vivo en las noches (también licor clandestino)
pues no tiene licencia. Alex sale de allí radiante.
Entra
Camilo Pascual. Un sesentón encantador, enamorado de Fortuna. Fortuna es puro desdén, pero en el fondo le
gusta. Lo sé porque cuando el entra, sus caderas se menean con todavía más ímpetu.
Camilo Pascual tiene un taller mecánico, cerca del establecimiento y todos los días
viene puntualmente a tomarse el café y a cortejar a Fortuna. Siempre se despide
diciendo… “Adios Fortuna..el amor es como el trigo… si no se riega no nace…
como nacería este mismo, si tú nunca lo regaste” ( Camilo Pascual le robó estas
palabras a mi papa)
Entonces
entra un personaje siniestro que pregunta por Fortuna, y en inglés. Un señor de
abrigo negro. Cuando ella confirma que se trata de Fortuna Mendizábal. El
hombre le extiende un sobre marrón. Fortuna lo toma. Se sienta. Lo abre. Lo
lee.
Palidece.
Yo
me quedo observando sin decir nada.
Fortuna
nunca llora, pero sus ojos estaban a máxima capacidad de embalse. Sacó de su
escote la foto arrugadita y “no te preocupes mi niño, “we will survais”
(Fortuna siempre cambia las palabras en inglés, es muy divertido, casi siempre)
Entonces,
de un rincón, sale un señor muy mayor. Una presencia mística. Un ancestro tal
vez.
Fortuna
y el viejo se sienta en una mesa y conversan.
Decidí
que era un momento íntimo, así que salí y regresé a mi oficina.
Allí
me esperaba mi pesada realidad laboral.
Estos
son algunos de mis personajes, a desarrollar, de mi experimento teatral.
En
mi próxima depresión laboral se enterarán del conflicto dramático de Fortuna. Quizás regrese en la noche para la música en
vivo y los tragos prohibidos.
El segundo acto será pura alegría.
Así es la vida.
Algo de "magia" tiene ese café Fortuna, ¿verdad?
ResponderBorrarUn abrazo.
Si y además es un lugar terapéutico, todo el que entra sale mas feliz.
BorrarUn abrazo y feliz fin de semana, estimado Rafael
Me encanta tu visión de ese café, tu manera de mirar y contar, creo que si yo fuera a ese lugar no vería lo mismo de la misma manera. Saltibrincos y nunca dejes de contarnos
ResponderBorrarGracias Ester, un día presentaremos esta obra en España y serás nuestra invitada de honor!
BorrarBesos y abrazos
Ese cafe y sus personajes se dibujaron en mi mente tal como lo narrabas. Me quede ansiosa de saber que ocurre despues. Buenisimo escrito, como siempre.
ResponderBorrarBesos
Gracias MT, tu eres testigo de mis fugas mentales en la oficina de Caracas ( te acuerdas?), jajaja.
BorrarAbrazos (nos vemos en Noviembre que voy a Caracas, falta un poco, pero hagamos cita desde ya)
Hola leonor, mi nombre es Andreina de grupo gato negro. Suena muy interesante el desarrollo de este proyecto. Deberiamos un dia reunirnos todos para que nos des la dicha de conocerte mas. Un abrazote.
ResponderBorrarHola Andreina,
BorrarGracias por tu visita a mi blog. Con muchísimo gusto, me encantara reunirme con todos. Podemos coordinar a través de Vicky.
Besote
Cant't wait!
ResponderBorrarAndo media atrasada con la lectura de tus posts porque he andado muy ocupada con la visita de mis padres y vos sabes que me gusta saborear cada post, uno a uno, lentito; se que ya escribiste una continuacion pero aun me faltan un par de dias para llegar a leerla...es interesante vivir este suspenso auto-impuesto.
Un beso y gracias por crear a la Fortu!
Sandra
Hola Sandra! Te extrañaba, pero que suerte que tienes visita! disfruta bastante, ya habrá tiempo para ponerte al día!
BorrarMe gusta eso de la Fortu, lo utilizare en cuanto empiece a escribir los diálogos ( será en tu honor )
Un abrazoteee
Está genial, aunque me imagino a fortuna como una hechicera vodoo jajaja Me gustan los personajes ^^
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