miércoles, 28 de marzo de 2018

LODO ACTIVADO

Sancho



El inicio de la primavera es un inmenso barrial.

Ese era mi pensamiento al intentar esquivar pozos de agua, hielo y fango, mientras Sancho me jalaba desesperadamente, moviendo su alegre cola como un largo plumero. 

No hay nada más feliz que la cola de Sancho, aunque tenga reputación de perro gruñón.

Lo entiendo, por fin, algún olor interesante, después de este largo invierno. 

Pasto húmedo, tierra, raíces, hojas, semillas, excrementos de coyote, de oso, o de venado, todo esto confundido con la tierra mojada y espesa que se metía en mis botas, no tan impermeables como pensaba.

Entre charco y charco, y haciendo proezas por no caerme, me invadió de repente un sentimiento expansivo.

Me extasié ante el rumor de las aguas subterráneas, abriéndose camino.

El crujir de los glaciares cuando se quiebran y se funden en el zafiro líquido de las aguas del río.

El verde rubor, apenas perceptible, en algunos árboles.

Las sombras violetas sobre la nieve acuosa.

El incesante taladro del pájaro carpintero, nuestro entrañable Toc Toc (Chispita)

En el medio de mi ensoñación, me distraje y sucedió.

Sancho me jaló durísimo y caí redonda, de culo, sobre un gran pozo de barro. Sancho me lamía la cara, como pidiendo perdón.

Entonces, después de exclamar algunas profanidades, tuve una especie de epifanía.

Este barrial que anuncia nuevas armonías no es sólo agua con tierra. Es un lodo activado, fértil, que contiene todos los nutrientes y las semillas para la regeneración de la vida cada primavera.

Hice una sencilla analogía con ese otro charco donde a veces caigo, por más que trate de esquivarlo: la tristeza.

También en esa otra sustancia densa y oscura que a veces amenaza con ahogarme, debe habitar la promesa de renacimiento. 

Me propuse mirar a mi marea negra con otros ojos, como si fuera un lodo húmedo y fértil, donde una flor muy bella, un lirio blanco tal vez, volverá a renacer.

Me provocó chapotear en el charco. Pero no hizo falta porque Sancho se sacudió y me llenó la cara con el barro rejuvenecedor.

Regresé a casa contenta y energizada.

Para celebrar, me di un baño, largo, cálido, perfumado, renovador.

Bienvenida la primavera.

PD: Creo que la primavera llegó primero a mi corazón que, a Calgary, pues aquí sigue nevando. Otro detalle curioso es que el título “Lodo Activado” salió de mi cerebro reptil. Un recuerdo fugaz de la ingenierita que habita en mí, de mis nunca bien ponderadas clases de Ingeniería Sanitaria, por allá en los 80’s en la universidad. El Lodo Activado es un método para potabilizar el agua (nada poético), si mal no recuerdo, pero me pareció, en este caso, un adjetivo muy descriptivo para describir el barro de primavera.  

lunes, 5 de marzo de 2018

ARENA


Saco de arena 


Estoy “desinspirada”.

Como si en vez de sangre, corriera por mis venas arena.

Se fue febrero sin ni siquiera un “momento mágico”.  

Ni siquiera uno depresivo.

Realmente, preocupante.

Me pregunté, qué puedo hacer para recuperar la inspiración, las ganas de crear, de escribir, de contar algo.

Pensé largo e hice esta lista:

1)   En vez de decir que estoy desinspirada, voy a decir, que la magia también necesita pausa (igual que mis lectores)

2)   En vez de decir que no quiero más invierno (ni el de afuera y el de adentro), voy a decir que está un poco fresco allá afuera y helado aquí dentro, pero también…pasará.

3)   En vez de decir que estoy desanimada, voy a decir que mi entusiasmo está en el congelador, momentáneamente (y literalmente, en este caso, claro)

4)   En vez de decir que me siento sola, voy a decir, que otra forma de plenitud está a media cuadra (cuadra llanera, es decir larga, larguísima, pero igual, allí espera).

5)   En vez de decir que mi nueva vida es insípida, voy a decir que la exuberancia está en estado de letargo temporal, pero también… despertará.

6)   En vez de decir, qué triste vida, sin el amor de mi vida, voy a gritar, qué bella es la vida que me dio un amor tan hondo y grande.

    Creo fervientemente, que el mundo exterior es espejo de interior.

Cambiar la perspectiva, quizás me ayude.


PD: El invierno ha sido brutal, el mes de febrero, particularmente duro, y en fin, como leí una vez, hay un momento en la vida en que el tiempo pasa muy rápido, pero los días son eternos.