martes, 30 de julio de 2013

PREPÁRATE


"Prepárate Nene......." ( Santiago hace muchas lunas)
“Prepárate…”

Así termina una novela que acabo de cerrar.

Nada para recordar realmente, sólo el final: “Prepare Yourself”

Una suerte de epitafio, en este caso particular, que  me hizo recordar una anécdota graciosa de mis hijos.

Una conversación que se repetía cada mes de julio, finalizado el año escolar.

Mi hijo es apenas unos meses  mayor que mi hija, así que en el colegio, iban uno tras otro.

Esta era la conversación, en tono intimidante y aterrorizador, que duró desde pre-kínder hasta la universidad.

-      Prepárate Nene, Kinder es “peluisimo”… ( de peludo, difícil , dificilísimo)

-      Prepárate Nene, Preparatorio, si es verdad que es “peluisimo”

Y así……cada año.

-    Prepárate Nene, sexto grado, te lo juro, si es verdad que es “peluisimo”
 
Mi hija, malandra, nunca le hizo caso.

Hoy en día, ya superado el pre escolar, primaria, bachillerato y la universidad, ambos son unas superestrellas.

Pero volviendo al final de la novela mala, esa advertencia escalofriante del “Prepárate”, como la de mi hijo, me puso a pensar en cual sería mi final de novela, mi epitafio.

No es un ejercicio  mórbido, lo juro, sólo licencia poética.

La vida de uno, tal vez no sea tan  transcendente como la de un personaje de Tolstoi, o tan contrastante como la de un protagonista de Dostoievski, o tan glamorosa como uno extraído  de la pluma  de Scott Fitzgerald; o con la profundidad emocional de  DH Lawrence ; o el esplendor  mágico de García Márquez; o la clarividencia  de Wilde, o  la inmediatez narrativa, tan  deliciosamente oriental, de Murakami.

Nuestra vidas, al menos la mía, son más o menos normales.

Con arrebatos de sensualidad, barrenas dolorosas, exaltaciones de alegría, fiebres creadoras y muuuuchos, como estos que escribo, momentos sin importancia.

Sin embargo, si escribiera el final de mi propia novela, un sueño que siempre he tenido, pero me falta disciplina,  mis palabras finales, epitafio o no,  en vez del Prepárate aterrorizante de mi hijo, como el “Prepare Yourself”, de la novela mala que acabo de terminar, me gustaría  poder decir simplemente, con plena satisfacción:

“Valió la Pena”                                                                  
                    

Este es el de ahorita!!!

sábado, 27 de julio de 2013

BOLERO


Escucho el Bolero de Ravel.

Una y otra vez. Ad infinitum.

Una melodía que se viste, mientras mi casa se desnuda.

Así como la música perfecta pare cocinar pasta, según Murakami, es la de Rossini, hoy encontré la música perfecta para embalar.

Bolero.

Y mientras el clarinete desnudo de Ravel se va cubriendo de vestiduras, de cuerdas, de vientos,  de piano, de bronces, me dejo llevar al tempo de un ritmo sensual, acompasado, repetitivo, persistente  y frenético, mientras envuelvo cuidadosamente mis fragilidades.

Plato a plato.

Copa a copa.

Caja a caja.

Cachivache tras cachivache.

Recuerdo a recuerdo,

Ya lo dije, en mi próxima vida seré minimalista, como los primeros compases del Bolero..



 ( les dejo el link, y perdonen la propaganda de Coppertone)



martes, 23 de julio de 2013

PAVAROTTI


Su voz era como una inundación.

Un chorro capaz de abarcarlo todo, con sus registros imposibles.

Matices que recogían todo el esplendor y el regocijo de estar vivo.

Notas extremas que brotaban de su garganta con la suavidad con que un mago extrae de su sombrero un pañuelo de seda.
 
Pavarotti llenó nuestro mundo de alegría.

Su voz era más que un trino de ruiseñor.

Era una compañía.

Una presencia leve y palpitante.

De esas que no invaden, sino que cobijan.

Pero un día hace algunos años, enmudeció.

Y fue como si apagaran las luces.

Para siempre.

Fin de acto.

Pavarotti era el canario de la casa de mi mama.

Cuando se va una madre, es como si se apagara un canto.

Cuando mi mama murió, Pavarotti  nunca más volvió a cantar.

 


 
Posdata:


Esta mañana estaba en el carro dirigiéndome a la oficina y de mi cajita de sorpresas llamada ipod, surgió la mejor versión de New York New York que haya escuchado en mi vida, por Lisa Minnelli y Luciano Pavarotti. Como las asociaciones de la mente son inescrutables, eso me hizo acordarme de Pavarotti, el canario de la casa de mi mama en Caracas. La anécdota es verídica, después que mi mama murió, Pavarotti enmudeció. Con su canto se apagó un ciclo de mi vida, que hoy en día celebro sin tristezas en el recuerdo de mis padres y en el porvenir, siempre lleno de nuevas alegrías. Para no dejarles con un sabor triste, escuchen el link y sientan la inundación en la voz del original Luciano Pavarotti. Maravilloso!!!

 
 

domingo, 21 de julio de 2013

LA PUERTA VERDE


Estuve más de media hora intentando escribir algo para el segundo aniversario de mi blog (Julio 21), pero parecía que tenía cemento en el cerebro.

Desistí.

La página en blanco me desterró.

Salí a la terraza.

El mundo estaba detenido, igual que mi creatividad.

Un día sin viento.

Es que mi mundo ahora se mueve a paso de caracol.

Y es porque tengo la casa encima.

Por la mudanza digo.

Mudarse de casa es un cambio de piel, pues, como dice el poeta, tu casa es tu cuerpo grande.

Uno de mis hermanos dice que si las cosas empiezan bien y terminan bien, lo que pasa en el medio no importa tanto.

Otros dicen que no importa el destino sino el camino, teoría diametralmente opuesta.

Yo utilizo las dos a conveniencia. ( reflexiones al margen del tema)

En fin, mañana cumplo dos años del primer impulso de comenzar este blog.

Gracias a mis amigos viejos  y nuevos.

Los viejos, porque me conocen, y sin embargo me leen.

Los nuevos, porque no me conocen tanto (una ventaja jaja), y sin embargo me leen.

También este mes cumplo siete años con sus inviernos, en este país.

No han sido años fáciles. ¡Oh no!

Pero ahora,  tengo una gran ilusión.

Mi cuerpo grande tiene una puerta verde.

También un río que corre y cambia de colores.

Y, por más que he tenido muchos, ¿cómo llamarlos?, worries, para decirlo en inglés, en esta últimas semanas, sigo caminando, tranquila y sin miedo en el corazón, hacia donde me ponga la vida.

Me espera mi nueva piel.  

Mi cuerpo grande.

Mi amor, mi lugar de reposo.

Mi puerta verde.

martes, 16 de julio de 2013

BRUJULA Y HORMIGAS


A veces pienso que necesito una brújula.

Pero no para que me indique el Norte, porque eso, a estas alturas de mi vida, es inútil.

Para mí el Norte es el Ávila de Caracas.

Los demás Nortes no existen.


El fin de semana mi nueva vecina (y pronto ex vecina) escocesa, me soltó  una lenguarada en “escoses” inescrutable. Como no le entendía ni una palabra, yo sólo le hacía gestos y le decía: good, very nice, wonderful, y me reía.  Mi esposo me miraba extrañado.

Cuando terminó la conversación (creo que bruscamente), le dije a mi esposo que me tradujera.

La vecina me estaba diciendo que la acababa de atacar un ejército de hormigas y que le habían picado todos los brazos.

Gracias a Dios que nos mudamos pronto, porque creo que comencé con mal pie, pero nos dio un ataque de risa.

Esto es solo una anécdota divertida, pues de lo que quiero hablar brevemente es de la brújula.

Un instrumento fascinante, preciso, imprescindible para la navegación.

Hablo de otro tipo de navegación.

La única que me interesa, la del alma.

Me gustaría poseer una brújula que me guiase.

A la sonrisa perdida.

Al abrazo oportuno.

A la disculpa vencida.

A la palabra acertada.

Al gesto amable.

A la risa soleada.

Al disparate preciso.

Y terminando este párrafo, observo como una hormiga me pasa por al lado, presurosa, como si tuviera una urgencia, como si supiera exactamente hacia donde se dirige y para qué.

Como si tuviera una brújula.

El diligente insecto me hizo acordar de la vecina escocesa, pobrecita.

Me eché a reír.

Mi Norte: El Ávila de Caracas
“Aquel que a sus cabellos
ató el silencio.
Para sin lastimarme,
cavar una ribera de luz dulce en mi pecho
y hacerme el alma navegable”

“El Angel Bueno” Rafael Alberti

lunes, 8 de julio de 2013

BRINDISI


Llegó la hora de brindar.

Ese fue el mensaje musical, el tema recurrente del fin de semana.

No hace falta leer entrelineas. El mensaje fue claro.

Corre, agarra una copa, llénala hasta que se desborde y brinda.

Brindemos.

Me encontraba yo comprando unas fotocopias e hipotecas, en el Farmer’s Market de Calgary.

Para mi buen amigo imprescindible,  toda la comida griega suena a fotocopia o a hipoteca. Y allí estaba yo, en el puesto griego, eligiendo unas cuantas fotocopias de berenjena, hipotecas rellenas de alcachofa y espinaca, cuando de repente retumbaron en el ambiente los primeros compases  úmpapa úmpapa…pausa… úmpapa úmpapa…

Y yo que no tengo mucha cultura operística (me encantaría, pues saber de Opera es para mí el Olimpo de la cultura), reconocí al instante,  el “Brindisi” de la Traviatta.

Pensé que era una grabación, pero en cuanto volteé,  se presentó ante mis ojos una imagen surrealista;  una tarima llena de vaqueros, cantando el Brindisi,  de Verdi, magistralmente.

Explico que en Calgary estamos en Stampede (una semana donde todos nos transmutamos en vaqueros…Yihaah)

Después me enteré que era el “Downtown Opera Chorus” haciéndonos este regalo musical.

Salí del mercado con una bolsa llena de fotocopias e hipotecas  tarareando incesantemente esa melodía, dirigiendo gestualmente un coro invisible y hasta bailando.

Mi hijo Santiago  se hacía el que no me conocía.

Llegamos a la casa, justo a la hora del aperitivo.

Como hace calor, mi hijo, mi esposo y yo,  sacamos unas cervecitas.

Y brindamos.

Dijimos todos al unísono: Salud.

Y yo en mi cabeza brindé, por la vida, por los cambios, por los proyectos de mi joven y emprendedor hijo, por estar juntos, por mi hija que está en Italia en una especie de sueño, por mi mural que pronto ha de desaparecer (pues nos mudamos), por mi escudero de cuatro patas (como se refirió a Sancho un amigo del blog), por el amor de mi vida, por los ausentes.

La cerveza estaba burbujeante, alegre y refrescante, como la melodía que se repetía aun incesantemente en mi cabeza…

Brindar es llenar el momento efímero de deleite, lo dice Verdi.
 
http://www.youtube.com/watch?v=50mgt-Dwbbs

Y una foto de mi mural, con mi mejor crítico de arte, El Ávila de Caracas, mis paisajes intangibles que llevo a todos lados, como dijo el poeta Eugenio Montejo, que pinté en mi jardín y me ha acompañado todos este tiempo pero ahora nos mudamos a una casa con una vista de verdad. Lo extrañaré. Brindemos por eso.

jueves, 4 de julio de 2013

ENTREGA



En Inglés, me encanta la palabra Surrender.
Significa rendirse.

También me gusta, en Español,  la palabra Entrega.

Suena a darse desde adentro. A soltar los nudos.

A rendirse también.

A volar.

Hoy descubrí que está  a la venta un video para medir el coeficiente intelectual de los perros.Funciona de la siguiente manera: si  gastas los $12 dólares que cuesta el video, quiere decir que tu perro es más inteligente que tú.


Un comienzo ligero para limpiar el paladar de mi  “polémica” entrega anterior.


Y he allí otra vez la palabra Entrega.

Agradezco a quienes se me aproximaron con suma dulzura.

En mi mapa hay personas que bordan pastos y cielos. 
Gracias plurales.

Creo que es muy refrescante tener un momento depresivo.

Es muy desintoxicante.

Es otra forma de desanudarse, otra forma de entrega.

Y de nuevo mi palabra preferida este día.

Yo ni siquiera los llamaría  momentos depresivos, sino reflexivos, como acertadamente  algunas personas recibieron mi mensaje. Los psicólogos, dirían que es quizás un inconsciente  grito desesperado para llamar la atención. No funcionó.

En Inglés lo llaman Valley of Despair. ¿Y quién no pasa por ellos?

Por ahora, como me ha dado por los sketches últimamente, y para quitarme el trauma, (o incrementarlo quizás, por lo malos).

Aquí les dejo esta otra forma de entrega, hecha con marcadores.

Por cierto, también me gusta mucho la palabra Melancolía.

Pero conste que no lo estoy. 

Nene volando como un papagallo (cometa) arrastrada por Sancho


Meen paseando a Sancho con brazo extensible ( Sancho jala como un tractor)



PD: Y para renovarme cambié la foto de mi perfil, una foto tomada en Barcelona, España (hay una Barcelona en Venezuela), en una noche magica con mi amiga de la bloggosfera Mercedes.




lunes, 1 de julio de 2013

YIRA...YIRA


Los Territorios del Norte de Canadá, técnicamente, reportan población cero, pues tienen menos de un habitante por kilómetro cuadrado.

Yo a veces creo que mi densidad de población también tiende a cero.

Mi cartografía personal inmediata es apenas un poco más alentadora que la de los North Territories.

Creo que yo misma, viniendo de una familia grande y otras personas que aprecio por su verdad y nobleza, (también muchos conocidos, en cuya vida soy apenas un accidente), elegí rodearme de soledad y  vivir en esta calle del eco.

El silencio es una necesidad del alma. A veces desesperada.

Pero la pregunta que me hago por curiosidad, no es si hay gente en mi mapa, pues eso lo tengo muy claro,  sino más bien:

¿En el mapa de quien estoy yo?

A veces siento el mundo como un lugar despoblado. 

Una casa sin muebles.

Un lugar, donde, como dice el tango (mi favorito por lo extremo), … Al mundo nada le importa…Yira…Yira…

Como dicen, o lo leí por ahí seguramente, lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia.

Un lugar de Verdades Amargas (poema hondureño de  Ramón Ortega, al final  les dejo el poema, divino, arrasador)

A veces, sólo  escucho un eco, el de mi propia voz, helado… gélido... hay alguien allí... hay alguien allí...hay alguien allí...

Hasta que el eco muere.
A veces, escucho  el rugido externo de una celebración.

Yira… Yira…

A veces, escucho una tertulia, una fiesta, una multitud.

Un ruido sordo que no dice nada.

Yira…Yira…

Al final hay rostros o voces de extraños, que les interesa más asomarse a un rincón de mi alma, que aquellos, a quienes pensé les importaría.

A veces concluyo, que no estoy en el mapa de nadie.

Mi adorado esposo me repite constantemente:

“I love you all the world”

De resto...
 
Yira…Yira…

http://www.youtube.com/watch?v=bQwBawgio9A

Verdades Amargas
 Ramos Ortega

Yo no quiero mirar lo que he mirado
a través del cristal de la experiencia
el mundo es un mercado donde se compran
honores, voluntades y conciencia.

Amigos? es mentira, no hay amigos
la verdadera amistad es ilusión
ella cambia, se aleja y reaparece
con los giros que da la situación.

Amigos complacientes solo tienen
los que disfrutan de ventura y calma
pero a cuantos abate el infortunio
solo llevan tristezas en el alma.

Si estamos bien nos tratan con cariño
nos buscan, nos invitan, nos adulan
mas si acaso caemos, francamente
solo por cumplimiento nos saludan.

En este laberinto de la vida
donde tanto domina la maldad,
todo tiene su precio estipulado
amores, parentesco y amistad.

El que nada atesora, nada vale.
En la reunión suele pasar por necio
y por nobles que sus hechos sean
solo alcanzan la burla y el desprecio.

Lo que brilla no más tiene cabida
y aunque brille por oro lo que es cobre.
lo que no nos perdonan en la vida
es el atroz delito de ser pobre.

La estupidez, el vicio y hasta el crimen
pueden tener su precio señalado.
Las llagas del defecto no se miran
si las cubre un diamante bien cortado.

La sociedad que adora su desdoro
persigue con su saña al criminal
mas si el puñal del asesino es de oro
enmudece....y el juez besa el puñal.

Nada humano es perfecto nada afable.
todo esta con lo impuro entremezclado
el mismo corazón con ser tan noble
cuantas veces se encuentra enmascarado.

Que existe la virtud? yo no lo niego,
pero siempre en conjunto defectuoso,
hay rasgos de virtud en el malvado
y hay rasgos de maldad en el virtuoso.

Cuando veo en mi paso tanta infamia,
manchándome la planta de tanto lodo
ganas me dan de maldecir la vida
ganas me dan de maldecirlo todo.

A nadie habrá de herir lo que aquí digo,
porque ceñido a la verdad estoy
me dieron a beber hiel y veneno
hiel y veneno en recompensa doy.

Pero si tengo la palabra tosca
con estas líneas turbias y sin nombre,
doblando las rodillas en el polvo
pido perdón a Dios...pero no al hombre.