Para
sin lastimarme,
cavar una ribera de luz dulce en mi pecho
y hacerme el alma navegable
cavar una ribera de luz dulce en mi pecho
y hacerme el alma navegable
Rafael
Alberti
I
Cambia
de geografía
Se
instala en el istmo de la garganta
En el
archipiélago del vientre
En la pradera
expandida del plexo solar
Es
errante
Impredecible
A
veces se esconde, es cauta,
y tarda en salir
Cuando
lo hace
Anochece
de melancolía
En cada
rincón del alma
Cambia
de temperamento
Y un día
es lluvia menuda
Otros
es densa niebla
Tormenta
de arena
Rumor sereno
de playa
Tempestad
Huele
a vela apagada
Sabe a
caldo desabrido
Es la
tristeza
La
ausencia
El
misterio sin rostro
De la partida
II
El
amor
Rio
ancho
Luz navegable
Playa de
agradecimiento
Una
nueva ternura
Callada y sublime
Como tus manos
Se instala
en mi naufragio
Poco a
poco descubro
Lo
insólito
Inimaginable
No lo creía
posible
Esta otra
forma secreta
intima
callada
Esta manera invisible de amarnos más…
PD: He descrito otras veces el duelo como un viaje alquímico,
la transformación del dolor, del caos a la esperanza. Ahora intento expresarlo, torpemente, rústicamente, como puedo, como un sentimiento errante que cambia de geografía, literalmente. Un día
lo siento en la garganta, otro en el pecho, en el estómago…. Al final, perdonen
la depresión del primer pasaje. En el segundo aliento, el amor triunfa…
El amor siempre triunfa
Estas son mis notas sobre este momento terrible y a la vez enriquecedor, que estoy viviendo, disculpen el egoísmo, como si el mundo tuviera que girar en
torno a mi tristeza cuando todo el mundo anda en su propia batalla, como dijo
aquel sabio. Pero, al final, uno aprende de si mismo cuando escribe y en eso
estoy… aprendiendo…por eso me gusta escribir
El verso de Rafael Alberti, extracto de El Angel Bueno...sencillamente sublime...