Dicen que en el rostro
está escrita nuestra historia.
Lo malo son los
signos de puntuación: la boca entre paréntesis, los ojos entre comillas, acentos graves, agudos y circunflejos en el ceño
y la frente; y sobre todo la ~ con exclamaciones que acompaña el paso de los años.
Este post es un ataque de frivolidad, disculpen, es terapia, como leer el Hola.
Es que últimamente he
estado muy seria. (Al final les dejo un chiste)
Por ser mi cumpleaños
pronto ( en Abril), y con un dinerito extra que entró este mes, pues le dije a
mi esposo que me iba a hacer un tratamiento de belleza.
Si he de contar una historia
con mi rostro, ¿por qué no refrescarlo?
La verdad, me gusta
verme y sentirme bien, pero nunca he sido muy disciplinada ni con la dieta, ni
el ejercicio, ni las cremas.
Mi cuerpo y piel han
sido nobles ante mi descuido, pero los años, los excesos, las indulgencias no
perdonan y la gravedad tampoco.
No digo “de esta agua
no beberé” y he visto contados casos muy exitosos, pero, aparte que me da miedo y que mi esposo
me mataría (él tiene sus pink glasses
y cree que soy Miss Universe y yo no
lo contradigo), creo que si uno exagera
y entra en el túnel sin retorno del Botox y la cirugía, pues como que, no
solamente se distorsiona la historia que nuestro rostro cuenta, sino que se
produce una incoherencia imposible de disimular, tan notoria y más terrible incluso
que verse vieja, una desconexión energética entre piel, cuerpo, tono, aliento,
voz; una desarmonía, que no admite resolución
musical.
Como una página escrita, no solamente sin signos de puntuación
(tendencia muy vanguardista y que me desconcierta, pues no sé si es que
mientras menos entiendo mejor es el escritor
o yo más bruta), sino sin sustantivo, ni complemento, sin verbo,
sin acción, ni emoción.
Como si la cara se
quedara sin palabras.
Bueno, pero igual, voy
a hacer mi cita para mi facial.
Algo relajante, nada
aterrador (por ahora).
Probablemente pierda
la plata y salga igual que como entré: con mis acentos y paréntesis, mis signos
de puntuación intactos.
El prometido chiste (porque
últimamente he estado muy seria y grave)
En la consulta, el
cirujano plástico le pregunta a la paciente que se ha hecho cirugía en todas
partes del cuerpo.
-¿Hay
algo más que quisiera hacerse?
La
paciente le responde:
-Si
doctor, me gustaría tener los ojos más grandes y expresivos!
-No
hay problema – respondió el doctor.
-Enfermera, por favor pásele la factura!