Fue una explosión inesperada.
La taza se volvió añicos.
Entonces encontré lo que
buscaba, al menos en estos días de silencio: el número 42, el sentido de la
vida.
Será que tengo en el pensamiento
a una amiga, una princesa, que pasa por una gran pena.
Recordé al poeta Cesar
Vallejo,,, hay golpes en la vida...
Recordé un libro que leí hace poco y que no me gustó tanto,
a excepción de una frase muy elocuente que dice, que pareciera que, el éxito en la vida es la manera como uno
sobrelleva la pérdida.
Y es que, la vida ¿como que es una larga historia de pérdidas?
Desconcertada, por el súbito
estruendo, miré mi taza vuelta pedazos en el piso.
Dicen que lo que se rompe ya
no se puede arreglar, o ya nunca es igual.
Decidí que... depende…
Tomé los pedacitos de mi
taza y me afané en rescatarla.
En el intento me astillé un
dedo y sangré, pero seguí en la tarea.
Porque si la vida le quiebra
a uno la taza, así, inesperadamente, como puede pasarle a cualquiera, de un resbalón,
en un momento de descuido, pues, pareciera que, lo mejor que uno puede hacer, después de
pasado el golpe, el desconcierto, el desconsuelo, la noche oscura, la tristeza infinita,
pues, lo mejor es dedicarse a pegar lo que queda.
Y así lo hice mientras pensaba en mis propias pérdidas,
mis cicatrices. Se va la niñez, la juventud, la salud, a veces, el vigor, los padres, la
mesa concurrida, los amores, hasta la memoria se va...
Las tazas rotas traen lágrimas.
Cuando vi los trozos de porcelana
en mi mano, me di cuenta que una goma
ordinaria no lograría ningún resultado.
Y fue allí donde encontré, el
número 42, el sentido de la vida.
Y allí quedó: un recipiente único,
una taza de lujo.
Como si la pega, el número
42, le hubiese dado una condición áurea a la losa rescatada; como una soldadura
de oro.
La tacita es ahora un recipiente delicado y
fuerte, una pieza de interés irresistible, capaz de contener nuevamente, una bebida dulce, caliente y reconfortante.
Como dijo mi poeta favorito
Jaime Sabines, palabras más o menos…qué hermosa
es la vida, como nos arruina a cada instante, como nos enriquece…
Ánimo, querida amiga…
Con mi taza reconstruida en la mano, te recuerdo...
P.D.: Para entender lo del 42, hay que leerse el libro "The Hitchhiker Guide to the Galaxy", es una larga e interesante historia.
Los trozos rotos de una taza remuevenn los recuerdos.
ResponderBorrarUn abrazo y feliz jueves.
Asi es Rafael, es una imagen muy evocadora, la taza rota.
BorrarSaludos
Bellisimo Leonor!.Un gran abrazo
ResponderBorrarGracias MT, es mi particular manera de solidarizarme con la pena de nuestra amiga.
Borrarotro gran abrazo para ti.
Capto melancolía en tus letras... Yo no tuve mucho éxito tratando de restañar tazas rotas, pero trato de cuidar lo que tengo.
ResponderBorrar