“Hope is the thing
with feathers…”
Emily Dickinson
Las plumas simbolizan el viaje de las almas hacia otros
dominios.
Así me lo dijo la tienda de souvenirs del espectacular pueblo
de Banff, el pasado e íngrimo 31 de diciembre, y yo claro le creí.
Primero, porque creo en todo lo que tenga magia, pues como
dicen, el que no cree en la magia, pues difícilmente se le va a manifestar, y
segundo porque, en este caso, no es un invento comercial.
Son costumbres y mitos de lo que aquí llaman los “First
Nations”, los primeros habitantes de esta tierra de gracia, de gracia helada,
pero gracia al fin, llamada Canadá.
Y salí de la tienda, cubierta en “feathers” (en ingles la
palabra es más bella, una rara excepción)
Y con una sensación de ligereza, sobre todo mi billetera quedó
más ligera, pues me compré un cuaderno, cadena y pendiente, con el tema de las
plumas.
Lo importante es que también salí de allí acariciada por ese símbolo
ingrávido del vuelo de las almas.
Eso me dio un pequeño consuelo, un motivo para superar el
inminente nuevo año que se me venía encima, como una avalancha, no de nieve,
sino de tristeza.
Y así decidí hacer de las “feathers”, otra forma de llamar a
la esperanza, el tema de mi Nuevo Año 2017.
Mi Gran Amor se encuentra en ese vuelo sublime, hacia esos
otros dominios.
Y en su trayecto de luz, él me habla, me envía telegramas,
que transcribo a diario en mi cuaderno de plumas, me acaricia el alma.
El amor es el lenguaje como se comunican las almas.
Un murmullo al oído, muy leve.
Una plumita al viento que me recuerda:
No estoy sola.
PD1: Realmente, recibo mi telegrama con religiosidad y
eso me reconforta. Claro, la ausencia física es insondable, inmensurable y todavía,
tengo una sensación de eso que en ingles llaman “disbelief”, pero realmente, las almas se comunican a través del
amor. Lo certifico.
PD2: Les informo que el Elefante Sin Nombre, ahora tiene
nombre, segundo nombre y apellido, después de las sesudas deliberaciones de Tommy:
LUCKY BABY MEENFANT. (Lucky para los
amigos) Definitivamente un elefante con suerte, igual que el dueño y el
creador.