jueves, 23 de junio de 2022

EL BOMBILLO

 

 

Como no tenía nada que hacer, decidí ir a comprar un bombillo.


Salí, lo compré y regresé a mi casa.


FIN


Esto sería un buen cuento súbito.


Pero en verdad, hay más.


Como mañana tampoco tenía nada que hacer, decidí más bien dejar la compra del bombillo para mañana.


Y esto me recordó la anécdota del maracucho (personas muy simpáticas nacidas en Maracaibo, Venezuela) que tenía una quincalla y le quedaban sólo dos cajas de cigarro por vender y cuando llegó un cliente a comprar las dos cajas, sólo le vendió una.

-      ¿Y por qué no me vendeis las dos, que molleja? -  preguntó el cliente asombrado.

-      Bueno, porque entonces no tengo nada que vender mañana - respondió el maracucho.

El caso es que como ya estoy en eso que aquí llaman “semi-retirement” mis actividades han bajado considerablemente.

Y eso de tener tiempo para no hacer nada, aunque suene como un “oximoron" o absurdo radical, es realmente un disfrute y una bendición.


Tiempo de prestar atencion.


Como decía mi filósofo oso favorito Winnie The Pooh, “el único problema de no hacer nada es que uno no sabe cuándo termina”.  (creo que he repetido esta frase otras veces en este blog, disculpen)


En fin, toda esta introducción para expresar, que, en mis interminables días de verano, (se llega a una edad en la vida en que el tiempo pasa muy rápido, pero los días son eternos) en mis horas de no hacer nada, descubro nuevos paisajes.


Paisajes gentiles.


Paisajes delicados.


En mis horas de no hacer nada, miro al mundo con nuevos ojos.


 Y experimento el placer del deleite.


Alguien quien no recuerdo dijo que la recompensa de prestar atención es el deleite.


Rainer Rilke, poeta checo, lo llama en uno de sus poemas “la energía alada del deleite.”


Y bueno, mientras me decidía a ir a comprar el bombillo, esas energías aladas de los pequeños deleites, en los que uno no se fija cuando se está muy ocupado, me hicieron sentir ingrávida, como la mariposa amarilla que me visita a diario, o esa fragancia de mis lilas en flor, o esa caricia del alma cada vez que me visitan los recuerdos.


Al final, compré el bombillo y lo instalé en el baño.


Después de esta reflexión en estas, mis horas de ocio cultivado (como las llamaba Oscar Wilde) puedo decir, literal y metafóricamente:


¡Se me prendió el bombillo!

sábado, 18 de junio de 2022

EPPUR SI MUOVE

 

 


Este post me lo inspiró Galileo Galilei (1564 ​–1642)​​


El mismo que después de abjurar ante el Tribunal de la, no tan Santa Inquisición, que los planetas, el nuestro incluido, no giraban alrededor del sol, al final del juicio murmuró entre dientes su inefable:


Eppur Si Muove. (Y sin embargo se mueve)


Y este gran personaje, astrónomo, ingeniero,​​ filósofo, matemático​, físico, quien, entre otras cosas, descubrió los anillos de Saturno, las manchas solares, Ganímedes, la luna más grande de Júpiter, satélite que visito muy a menudo en mis ensoñaciones, y sobre todo la teoría heliocéntrica del Universo (en oposición a las teorías de Copérnico) por la cual fue juzgado por herejía.


En fin, un hombre muy ocupado, que sospecho también era poeta.


Esta es la frase que me encontró esta semana, unos cuatrocientos y pico de año después y que me movió, como los planetas:


“El Sol, a cuyo alrededor giran tantos planetas... no se olvida de madurar un racimo de uvas.”

Galileo Galilei


La guardo junto con esa otra que cito con frecuencia:


La vida es una larga lección de humildad.”

James Barrie (autor de Peter Pan)


Y es que hay una línea muy delgada entre el “self confidence” (disculpen mi Spanglish) y la arrogancia.


Yo la crucé un millón de veces, profesionalmente y en mi vida personal.


A golpes voy aprendiendo mi lección.


Nada desconecta más en la vida que la arrogancia.


El momento en el que uno se siente mejor que los demás, es el principio del fin.


Pero gracias al Sol, en su infinita humildad, por madurar tantos racimos de uva que se transforman después en buen vino.


Yo estoy en dieta de alcohol, lo juro.


Pero…


Eppur si muove….. o más bien:


Eppur si bebo...


Galileo ante la Santa Inquisicion




lunes, 13 de junio de 2022

ESTRÉS

 


Estrés: préstamo del término en inglés Stress, procedente del francés antiguo estrece o estrechez, opresión. Dícese del estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior a normal.

Hoy en día toda una ciencia, eso del manejo del estrés.


Todos lo hemos experimentado; el estrés rutinario de trabajo, familia, finanzas, enfermedad, duelo, etc.


Hago click en todas las anteriores, y agradezco al menos no haber pasado por situaciones de estrés traumático de violencia o de guerras.


Cada uno maneja sus estrecheces y opresiones como puede; ejercicio, yoga, meditación.


Sobre esta última me declaro incompetente. 


Recuerdo en una sesión de meditación la instructora, para comprobar el punto de lo difícil que es poner la mente en blanco y los atajos del cerebro para sabotearnos en el intento, nos dijo que nos tomásemos un minuto para pensar en cualquier cosa menos en un mono blanco.


El resultado claro, fue que todos los asistentes fueron asaltados por el bendito mono blanco. Todavía tengo pesadillas con él.

 

Mi esposo siempre decía: Si algo te preocupa, toma acción.

Y en verdad esto me ha funcionado. Uno se siente instantáneamente mejor si ante una preocupación uno hace algo.


Mucha tinta y gigabytes se han derramado sobre el tema, sin embargo, alguien me dio la receta para el manejo del estrés en ocho palabras en inglés.


Fue hace unos meses, en una entrevista que le hiciera el periodista de la BBC, Stephen Sackur a un neurocirujano infantil, Dr. Owase Jeelani.


Creo que debe ser una de las profesiones más estresantes que existen, sin comparación con las de nosotros los mortales comunes lidiando con jefes difíciles o procedimientos engorrosos.


Ante la pregunta de este excelente entrevistador de ¿Cómo maneja usted el estrés en su profesión que consiste en operar niños con tumores cerebrales, confortar a los padres, separar a gemelos siameses unidos por la cabeza (caso por el cual fue muy famoso este doctor) y otras situaciones rutinarias de su trabajo.


Su respuesta en inglés fue:


“Do your best. Speak the truth. Go fishing.”


(Da lo mejor de ti. Habla con la verdad. Sal de pesca.)


Creo que son palabras sabias.


Dar lo mejor de uno, hacer lo correcto, y hablar con la verdad,  es fuente de paz.


Y a este respecto recuerdo una anécdota que le escuché a nuestro magistral comediante Laureano Márquez. Se las dejo al final.

Y sobre ir de pesca, bueno, es una metáfora, para algunos como dije al principio será trotar, yoga meditación, aunque me persiga el bendito mono blanco.

Yo, salgo a diario por estos caminos de Dios a ver si pesco un poema.

 

Cuento del colibrí:

“Se produjo un incendio inmenso en el bosque y todos los animales estaban preocupado y asustados, estresados podría decirse. El diminuto colibrí, al enterarse, se fue al río y guardó un sorbo de agua en su pico. Las otras aves, águilas, halcones y demás fauna del bosque le preguntaron:

-      ¿Y adónde vas colibrí?

-      A ayudar a apagar el incendio, dijo.

Los animales se rieron.

-      Pero ¿no te das cuenta de que no te servirá de nada?

La respuesta del colibrí fue:

-      Pero es lo correcto.


Extracto de la entrevista con el Dr. Jeelani

https://www.bbc.co.uk/programmes/p090hgzn


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