viernes, 16 de abril de 2021

60

 

 


Creo que fue la actriz María Félix, que dijo que la única manera de mantenerse joven es mentir sobre la edad.

Mi mamá decía que para lo único que uno es joven es para morirse, porque para todo lo demás, desde los 40 uno es “viejo”.

-      Se murió fulano

-      ¿Y qué edad tenía?

-      80

-      Ay, pero todavía estaba muy joven.

También, ya entrada en sus ochenta, decía que ella estaba en la edad del “Ah bueno…” y que cuando ella se muriera preguntarían:

-       ¿Y qué edad tenía Carmencita?

-       87

-       Ah bueno…

Mi hermano Rafael (QEPD) decía que, si a uno a los 40 no le duele nada, es porque uno está muerto. En ese sentido estoy muy viva.

En fin, toda está introducción es porque mañana me levantaré como una señora de 60 años.

Sí, mañana, son 60 abriles, literalmente.


Y los cumplo con el ánimo algo melancólico (ya son cinco cumpleaños sin mi amado, que tanto me consentía, “spoiled me rotten”, como se dice en inglés)


Pero, en fin, como dice Italo Calvino, “la melancolía es la tristeza que ha adquirido ligereza”, o como dice Horacio Quiroga, “una forma piadosa de soledad”.


60 años…


Una veta de tiempo.


Un puente que se abre.


El canto de la corriente.


Una llave.


Un crescendo.


Una nota sostenida y lejana.


Y al final, agradezco a Dios porque continúa dándole regalos a mi alma y agradezco a quienes me acompañan en mis letras, tristes o alegres, aquí en esta Calle del Eco, mi espacio de jugar.


Finalizo con unas “rimas y sonetos rezagados” (1962)

 #Cruzyraya poesía:


“… la niñez te va siguiendo

durante toda la vida.

Pero ella va más despacio

Y tú andas siempre deprisa.

Cuando la vejez te llega,

No es que vuelvas a la infancia,

Es que moderas el paso

Y al final la niñez te alcanza.”