Click... Click… Click…
Parezco una cámara
fotográfica.
Pero no, no estoy tomando
fotos, estoy cazando “Click Moments”.
Un safari bastante inusual.
Y es que, en esta sequía
literaria en que me encuentro y a falta de “magic moments”, pues me he
dedicado a perseguir “clicks”.
Los momentos “click”, son
aquellos en los cuales, por obra del azar o el destino, un evento fortuito,
casual y totalmente irrelevante, tiene el poder de cambiar el curso de la
humanidad, o al menos volver millonario a
quien tenga la capacidad de observarlo y capitalizarlo.
Son muchos los ejemplos; todos
están en un libro que se llama, (que casualidad ) “Click Moments”. ( claro, lo
leí, no es que yo sea tan original)
Le regalé el libro a mi hijo
hace unos meses, y últimamente ha sido tema de conversación en nuestros periplos
a la oficina.
Existen tres tipos de conversaciones
en el carro:
1)
Conversación silenciosa: es decir, nadie dice
nada en los 20 minutos que dura el trayecto a la oficina; silencios salvadores
de esos que, solo quienes se quieren mucho pueden darse el lujo. Estos casi
siempre ocurren en la mañana.
2)
Sermón: Lecciones de vida madre-hijo.
Monólogo en un escenario de público cautivo. Yo hablo, mi interlocutor duerme o
está concentrado en su teléfono.
3)
Buena conversación: casi siempre al regreso
de la oficina, nunca en la madrugada.
Lo de los “Click Moments”
pertenecen a esta última modalidad.
El libro cita muchos
ejemplos, como el dueño de Nike, que se inspiró un día desayunando y viendo
cómo se hacían los waffles, de lo cual sacó la inspiración para las suelas de
sus zapatos; o el papa de las hermanas Williams, cuando se dio cuenta que el
tennis era un pasatiempo rentable y decidió entrenar a sus hijas para salir de
la pobreza.
El hecho es que desde
entonces, todo me hace “click”.
Y he tenido varias
inspiraciones prometedoras.
Como dijo Linus Pauling…
palabras mas… “para tener una buena idea, hay que tener muchas ideas…”
El problema es que todo lo
que me hace “click” ya está inventado, planchado, almidonado, implementado,
vendido y hay un nuevo millonario en el mundo que no soy yo.
Y es que hasta la obsesión más salvaje que pueda tener, o el “click” más bizarro que se me ocurra, pues
ya alguien se obsesionó o le hizo
“click” antes que a mí.
Creo que no me queda más
remedio que volver a los momentos mágicos, son más fáciles y me llenan la
cabeza de sueños.
CLICK…!!!