El procedimiento a
seguir depende del tamaño del hueco y el tipo de tejido.
Si la rotura es limpia
y los bordes no están deshilachados podrán zurcirse limpiamente.
Pero si el
roto es grande, el tejido es delicado y hay signos de deshilachamiento, habrá que
hacer un remiendo o inclusive un parcheado, para una reparación más fuerte y
duradera.
Esta es la técnica, difícil
de poner en práctica.
Miré el estado de lo
que me proponía remendar y la verdad, quizás sería mejor idea desecharlo.
El hueco era del tamaño
de una bala de cañón, el tejido circundante, completamente deshilachado en
todas sus capas.
Tendría que resignarme
a andar por la vida con un boquete en el pecho.
Hasta que descubrí
el hilo que todo lo conforta y cura.
La puntada precisa
de la palabra amable.
El derecho y revés
del gesto oportuno y de la verdadera amistad.
La presencia.
Una sonrisa.
El mensaje de aliento, cosido a
mano.
Un poema.
Abrazos prolongados.
Y lo más reparador y
luminoso: la siesta de Tommy sobre mi pecho.
Con el hilo y agujas
adecuadas, ¿cómo no intentar el zurcido invisible?
Gracias.
I am the wind,
breathing in you and for you,
blowing gently over you,
caressing you.
I am the earth,
Holding you.
I am the sun
warming you,
melting away the cares of the world.
I am the mountain.
Always here for you,
Always here for you.
I am the river,
flowing through you.
I am the ocean,
rising and falling,
giving you deep beauty and rest.
I am the sky,
open space,
never ending space.
I am the light,