El único testamento que conocía era el del
pollo.
Cuando en mi casa de Caracas se presentaban
muchos comensales para el almuerzo, mi mama decía: lo que queda es el
testamento del pollo.
Pero al final, todo el mundo salía más que
satisfecho.
Era la mesa de la abundancia.
Pero
en este país, parece que es necesario tener un testamento de verdad, firmado
por abogados y todo, porque si no, parece que es un problema, así uno no tenga
ni un maíz que asar.
Hace poco leí que si uno se muere con más de
cincuenta dólares en su cuenta bancaria, significa que uno ha fracasado en la
vida.
El dinero, del Latin, currere, significa algo “que corre”, “currency”, algo que huye, que
se va. Algo hecho para disfrutar.
De nada vale ser el más rico del cementerio.
Aparte de correr, mi esposo dice que el
dinero también habla y el nuestro, se la pasa diciendo adiós. (me compró una
plaquita con esa inscripción)
Pero
el hecho es que tuvimos que hacer el dichoso testamento, pues al fin y al cabo,
nos ha costado bastante tener Medio
para completar Real (monedas antiguas
de Venezuela de 25 y 50 céntimos respectivamente) para que, lo poco que
tenemos, se lo quede el gobierno.
Pero,
en el proceso durante el cual, la abogada nos hizo preguntas hipotéticas
horrendas y que nunca me había planteado, (la misma abogada que secuestraron y
cuyos plagiarios amenazaron con soltar si no se pagaba el rescate) tuve esta reflexión:
Hay
testamentos mucho más importantes, que este del trámite.
Un
legado no metálico ni en papel, que me propongo verdaderamente
derrochar en esta vida.
Otro
tipo de depósito, no bancario, no sujeto a devaluación, inflación o bancarrota.
Un
caudal energético enorme, tanto, que no cabe en ninguna bóveda.
Es
el amor ardiente, el que lo vuelve a uno polvo, como decía Octavio Paz, pero ``polvo
enamorado``.
Es la imaginación, la fantasía mítica, el
chocolate escondido, la buena conversación.
El
silencio, el horno, una daga, un gallo,
una luciérnaga, la leche de murciélago.
La
lluvia recia o la sigilosa nieve. El fuego y la amable compañía.
El
hogar.
Mi
verdadero testamento hecho de huesitos.
Espero
no fracasar y morir con menos de un billete de cincuenta en mi cuenta bancaria energética.
Tambien deseo que mi testamento, si es posible, sea como el del pollo de la casa de mi mama.
El de esa otra abundancia, la que a todos dejaba
satisfechos.
Verdaderamente hay cosas muy importantes que legar, pero las vamos dando y recibiendo mientras vivimos, las costumbres, los besos, el reloj del abuelo, cinco tazas de china, las aficiones contagiadas, las creencias, los comportamientos…
ResponderBorrarNo es necesario fijarlas en un testamento, junto con los dineros, y las posesiones materiales. Que lamentablemente tienen mas importancia que las fotos, o los dibujos infantiles.
Nunca había oido el testamento del pollo, pero no lo olvidaré.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo Ester, gracias por tu siempre amable visita.
BorrarOtro abrazote para ti
Bonitas reflexiones sobre esos testamentos que todos, de una forma ú otra, hacemos alguna vez.
ResponderBorrarUn abrazo y feliz día.
Lo que uno va dejando todo el tiempo por la vida.
BorrarUn abrazo Rafael
Oye sí, poniendonos a pensar, no solo los testamentos legales son horrendos, sino todo trámite legal, sobre todo la parte de las preguntas hipotéticas...uff!
ResponderBorrarUn abrazo Leo.
Por eso es que a los abogados cuando los secuestran amenazan con soltarlos jajajaj ( un chiste malo de abogados y que me perdonen mis amigos abogados)
BorrarBesote y gracias por pasearte por aqui!
Hola Leo! Este tema del testamento, el del trámite, como tú dices, verdad que en contexto venezolano suena bien pavoso? Yo me asombré cuando el año pasado una profesora alertaba a la clase de su vital importancia, en especial si hay niños menores de edad en la casa. Pero bueno, en todo caso quiero decirte que leyendo hoy tu post me llamó la atención que ambas usamos en nuestros últimos escritos las palabras horno, chocolate y hogar! Que linda sintonía. Te abrazo virtualmente y deseo que termines de pasar un buen fin de semana.
ResponderBorrarVero.
Me encanta esa sincronia con el horno, el chocolate y el hogar!
Borrar( lo de la leche de murcielago, un toque surrealista que se escapo de mi subconsciente y que tiene una explicacion jajajaja)
Besote
Interesante reflexión. No se que quedará en el momento que corresponda... Tan sólo me gustaría haber ayudado un poco y haber dejado buen recuerdo y no me parece poca cosa.
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