jueves, 18 de agosto de 2011

Santo y Seña: PATULECO

De como la palabra "Patuleco" invitó a mi mamá  a un almuerzo


Fue  como un santo y seña, una especie de "Abracadabra" o "Abrete Sésamo". La palabra "Patuleco" hizo que  mi mamá se sentara hoy a almorzar conmigo y mis dos amigas.  No te asustes Nene (este es un mensaje para mi hija) fue de lo mas divertido. Mi mamá murió hace casi dos años y he aquí mi momento mágico del día.


Casi siempre almuerzo  en la oficina, lo que yo llamo mi "almuerzo triste". No ahondo en el tema porque me deprimo, pero en la noche me desquito, es mi consuelo.  Hoy iba a hacer lo mismo, pero así, improvisadamente, mis dos amigas y yo, decidimos ir a almorzar a un restaurant Vietnamita. 


Mi amiga chilena manejó al restaurante (creo que no confía en nosotras como choferes) Al llegar, cosa rara, no había puesto en el estacionamiento. Dimos algunas vueltas; mi amiga tuvo el coraje de tocarle corneta y gesticularle a una mujer que estaba atravesada, y esta huyó despavorida.  De pronto vimos un puesto espléndido, y aquí comienza esta historia. Mi amiga maracucha dijo, " Ese no sirve, es de patulecos". Para los que no conocen el término, muy venezolano,  este significa coloquialmente, minusválido.


Esta palabra  fue la  llave que abrió una compuerta con los recuerdos mas divertidos de mi mamá, que venían a la punta de mi lengua en tropel, uno tras otro. Como un tumulto de recuerdos cómicos que estaban  empujándose unos a otros para salir de mi boca. 


Nos sentamos a almorzar nuestra poncheras de Pho ( la sopa Vietnamita) y y en menos de cinco minutos nombré a mi mamá como diez veces. Me di cuenta, que como que me estaba poniendo fastidiosa. Traté de controlarme, pero era incontenible. La palabra "Patuleco" me desató  y no importa por donde se dirigiera la conversación, me las arreglaba para intercalar, una palabra, una anécdota. Después hice un gesto muy típico de ella, que fue robarme unos ajicitos bellos, que pusieron como guarnición. Los guardé en mi cartera. (En la cartera de mi mamá uno podía conseguirse desde una arepa, hasta una jamón serrano envuelto en una servilleta llena de pintura de labios, con un caramelo derretido pegado)


En fin, como mis amigas son pacientes, confesé lo que me estaba pasando y ellas se rieron. Hace poco, una de ellas me dijo que la foto de un colibrí, que tomó una amiga mía en Caracas,  le trajo el recuerdo de su mamá, el cual me imaginé perfumado con las flores en las que el atareado picaflor se deleitaba. Mis dos amigas conocen de esta ausencia, así que nos reimos, con una risa llena de nostalgia.


Así terminó  el almuerzo y le dije a una de ellas, en la tarde, que este almuerzo iba a ser mi momento mágico del día. Mi amiga, la misma que había dicho la palabra "Patuleco", se despidió de mi diciendo: "me voy porque en la casa esta mi familia y estoy feliz porque estoy "acompañadita". Y mi amiga lo hizo otra vez: "acompañadita" era otra palabra inconfundible de mi mamá.


Ya entonces tuve la certeza de que el episodio del día no fue coincidencia. Mi mamá estuvo conmigo hoy en ese almuerzo y su mensaje, desde lo inexorable, fue ese, "yo también estoy feliz, aquí, porque estoy "acompañadita".


Y aquí termino. Voy a prenderle su vela, a ella y a mi papá, como hago todos los días, y a tocar la campanita con que nos llamaban al almuerzo todos los días en la casa cuando éramos chiquitos.


Gracias amigas, por haberme regalado hoy un almuerzo todo lo contrario a un "almuerzo triste".













3 comentarios:

  1. Yo tambien uso la palabra patuleco constantemente, ya hasta Guille la utiliza! jajaja
    La abuela está siempre.

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  2. Es nostálgico y bonito, espero que tengas más almuerzos no tan tristes :)

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