Y me hacía falta.
Me sucedió en el
cine, después de un arduo día.
Frente a la gran
pantalla, por fin, me relajé de la
Navidad (hacer el arbolito es una tarea agotadora, pero bien lindo quedó); del
trabajo que siempre me atormenta; de las elecciones en mi país, el domingo pasado (poco a poco ganando
espacios para la decencia) .
En fin, en esa platea rectangular donde suceden cosas inverosímiles,
encontré por fin mi punto de quietud.
La película era
lenta.
Durante mucho tiempo
no pasó absolutamente nada.
En ingles le dicen “stillness”
.
Ni una brizna de viento.
Ni un vapor, ni un murmullo
del rio.
Pensé que el mundo se
había congelado, literalmente ( la temperatura ha llegado a -35 grados centígrados
bajo cero últimamente).
Casualmente, la película
mostraba también una espesa alfombra luminosa y plateada.
Nieve.
Y en ese momento de
serenidad infinita, fugazmente, pensé en lo afortunada que soy.
Digo fugazmente
porque en general soy bastante fatalista y para ser completamente feliz , tengo que tener
algo de qué preocuparme.
Fue un microsegundo, en que me sumergí en aguas profundas de plenitud
y que agradecí profundamente.
De pronto la película empezó a tener algo de acción.
Un ruido ensordecedor
que parecía provenir de otro lugar y no
del paisaje que contemplaba en la gran pantalla.
Allí acabó la noche ártica
que invita a la meditación y al romance
El árbol de Navidad,
el que estuve todo el día haciendo, se cayó estrepitosamente e interrumpió mi película.
Todos los que estábamos
en la casa, incluso Sancho, corrimos a ver el espectáculo del árbol caído y los
adornos rotos.
Recogimos, limpiamos,
estabilizamos el árbol.
Al rato, prendí el
fuego y volví a mi película,
No tuve que devolverla,
la retomé exactamente donde estaba.
En la quietud.
En la invitación a la
meditación y al romance.
“El cine” es mi
ventana, donde pasa de todo y a la vez no pasa nada.
EL CINE |
O es que se abrió una ventana y con la ventolera el árbol fue a parar al suelo o es que su montaje fue inseguro como los pasos que a veces damos, no se yo, no se yo, no se yo...o es que ese árbol tan lindo necesitaba ser acariciado de nuevo por tus manos... Bromas a parte, Natalia. Es una anécdota más para contar de la cual tu nos has hecho partícipes.
ResponderBorrarBesazos con frío pero sin nieve.
Fina
Hola Fina, ese arbol creo que arranco torcido jajaja pero se enderezo ( perdi los acentos disculpa) A mi menencanta compartir mis pequenas anecdotas, y agradezco mucho a quien las lee y si las disfrutan, pues lo disfruto doblemente.
BorrarUn abrazo navideno!
Una situación divertida, no hubiera sido igual si se hubiera caído el árbol mientras pasas el aspirador. Siento el estropicio pero me lo has explicado tan bien que no lo lamento. Un abrazo
ResponderBorrarHola Ester, el estropicio perturbo mi paz momentaneamente, pero tienes razon, al menos fue mas glamoroso que con la aspiradora jajajaj
BorrarUn abrazote con aroma de pino.
Es como una película divertida que se va pasando lentamente, con la particularidad, que en este caso, es la propia vivencia la que se refleja en la pantalla.
ResponderBorrarUn abrazo.
Hola Rafael, asi como lo dices suena muy poetico, claro todo es poesia visto a traves de tus ojos. Gracias!
BorrarUn abrazo desde mi ventana.
Querida amiga :) Que bien transmites los sentimientos. Y al menos a mi, me transportas a las situaciones que describes. Da gusto leerte. Me pareció muy entrañable tu “para ser completamente feliz , tengo que tener algo de qué preocuparme.” Quizás de eso se encargó tu “arbolote” jaja Y ahora mi momento de divagación: Es por esos momentos de interrupción lo que nos permite disfrutar más del resto. Un abrazo.
ResponderBorrarHola caballero de gentil armadura Roland! (Oh, no se porque me salio saludarte asi) Gracias por tu comentario y ciertamente, justamente el percance fue lo que contribuyo a mi felicidad total jaja me alegra tanto que disfrutes mis escritos.
BorrarUn gran abrazo
Me alegro por el árbol Natalia.
ResponderBorrarEl cine es una forma de soñar,es vivir la vida de otros como si fuera propia con la ventaja de que las desgracias les ocurre a ellos,no a nosotros.Pero,al mismo tiempo,con la desventaja de que las cosas buenas también les ocurren a ellos y no a nosotros.Lo ideal sería coincidir en esto último.Entonces es cuando la película te gusta más.
Un abrazo.
Hola Jeronimo, si, en el cine uno rie y llora, y yo me lo creo todo como si lo viviera todo en carne propia. Como dice un amigo, lloro hasta en las propagandas, jajaja Un abrazote y gracias por tu siempre amable comentario.
BorrarCuriosa experiencia frente a la pantalla, Leo. Yo con frecuencia encuentro que en el cine ocurre todo, incluso algunas cosas que no puedo encarar ni siquiera en pantalla. Y es que con mi marido tenemos distintos gustos pero a veces nos comprometemos un poco por lo que el otro elige, es cuando yo me quedo dormida durante la película,jaja. Pero que vitalidad encontrar paz en ello.
ResponderBorrarAbrazos muchos querida Leo,
pd. yo también algo medio ausente...recientemente empece un trabajo y estoy en el proceso de adaptación que siempre toma tiempo.
Hay anécdotas que son divertidas, tú la has narrado como si estuviéramos viendo una película…Con final feliz.
ResponderBorrarEl árbol quedo precioso.
Feliz Navidad
Un cálido abrazo a pesar del frío que hace.
Sneyder C. muchas gracias por tu visita y por tu amable comentario.
BorrarRecibo con mucho agrado tu calido abrazo y te envio otro lleno de buenos deseos navidenos! espero verte por aqui de buevo!