Hoy
fracasé en el intento de ser Homo SAPiens.
Me
pareció escuchar que la contraseña era “Sandbox”, caja de arena.
Entonces
comencé a asfixiarme.
Tenía
que salir de esa prisión.
Recordé
a Sartre. “No Exit”.
Sin
salida. El infierno son los otros.
Esto
tiene que ser el Hades, las tinieblas, pensé.
Entonces
empecé a argüir el plan.
La
ventana no era opción. Estábamos en el piso 33 y solo veía chimeneas que
bostezaban vapor.
Igual
que las personas allí encerradas.
Detener
el tiempo y desaparecer por un universo paralelo. Tampoco.
Convertirme
en fluido viscoso y deslizarme sigilosamente por debajo de la celda. No.
La
puerta era mi mejor opción.
Marqué
la contraseña.
Sandbox.
Agarré
mi abrigo y mi cartera y hui.
Me
evanecí.
Desaparecí.
Esto que acabo de
narrar, es mi fuga de un curso de SAP, que tenía que hacer durante todo el día
de hoy.
SAP es un sistema del
cual no quiero volver a saber nada, nunca más en mi vida.
Apenas aguanté
estoicamente una hora.
Será una raya en mi
expediente de “training”.
No quiero, me niego
rotundamente a ser SAPiens, como bromeó
el instructor al inicio de la clase.
Después de esta
experiencia Sartreana, llegué a la casa a desintoxicarme.
Para ello tuve que
romper la promesa de no tomar vino entre semana.
Se trata de una
emergencia. (sobre todo a -26 grados centígrados con el windchill)
Agarré mis juguetes,
mi pala, mi tobo, mi disfraz de princesa, mi libro “ Los Incurables” de
Federico Vegas, que me habla de nuestro pintor de las evanescencias, Armando Reverón,
mi Calle del Eco , mi vino, Sancho y me fui
directo a mi caja de arena, mi “sandbox”
particular.
Mi lugar de jugar.
Tocar y decir “casa” como cuando jugábamos al escondite. La casa es curativa, tiene medicina, vitaminas, y rincones con encanto y reparadores.
ResponderBorrarSaltos y brincos
Si Ester, que rico jugar. En mi país pedimos Taima! ( me imagino que viene de Time Out) uno sale librado!
BorrarUn abrazote con piruetas!
Me ha encantado.
ResponderBorrarY con eso e basta y me sobra. Agradecida, estimado Marcos!
BorrarUn abrazote!
No olvides nunca de llevar contigo los "juguetes" de la infancia en esa huída hacia la felicidad.
ResponderBorrarUn abrazo.
Hola Rafael, hay que llevarlos toda la vida. Mi esposo dice que la u8nica diferencia entre los niños y los adultos es que los juguetes son mas caros!
BorrarUn abrazote y gracias por ser tan fiel a mis sencillos escritos!
Lindo POEMA mi querida Natalia. Tu “solo veía chimeneas que bostezaban vapor” me parece sublime. Al igual que el resto. Sobre el fondo de tu texto, diré que tengo mi particular historia con el sistema que nombras, pero nada más en público jaja.
ResponderBorrarPor cierto, la fotografía es fantástica y Sancho es un excelente modelo. Perdón por tantos superlativos. Un “abrazazo”
Sancho es un galán! Compañero de juego maravilloso! Te perdono los superlativos jajajaja si asi llueve que no escampe! Otro abrazazo!
BorrarLo único malo es que hoy tuve otro curso y de este si no me pude escapar y manan tengo otro! Auxilio!!! Pero ahorita estoy en Taima! ( como le dije a Ester) jaja
Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,..vaya carrera la tuya, Natalia, y vaya alivio la guarida...
ResponderBorrarSiempre nos buscas la sonrisa.
Un besazo
Fina
Y como le dije a Marcos, con esa sonrisa también, me basta y me sobra!
BorrarGracias Fina!
Esa sensación de asfixiarse entre grandes masas de gente, y no tener más opción que la de salir huyendo...pff, me recordó cuando mi hijo de seis años se viene a nuestra cama en la noche, y sin darme cuenta que está allí me despierta de pronto esa sensación de estar en medio. Es terrible, creo que es una fobia,jajaja. Lo adoro pero creo que nunca podré ser la de en medio por mucho tiempo.
ResponderBorrarPero que maravillosa forma de rehabilitarte de una mala experiencia, Leo.
Abrazos!!
Gracias Beatriz. Si, mi Calle del Eco es realmente mi caja de arena, donde vengo a jugar y a sacarme de mi sistema los días aburridos.
BorrarUn abrazote!
Hay que salir huyendo de los agobios,sin remordimientos.Bastante agobiados nos tiene ya el quehacer diario para nos bonbardeen con charlas extras y aburridas.
ResponderBorrarMe gustó tu relato Natalia,real como la vida.
Un abrazo.
Gracias por apoyarme en la fuga! Si, suficiente es el diario quehacer para aguantar tanta charla estéril.
BorrarUn abrazote! Gracias por acercarte por aquí.