A las doce de la noche del
domingo, crujen las cerraduras y caen los barrotes.
Es Cronos, el implacable.
El lunes en la mañana el despertador trompeta se regocija en su grito destemplado.
Los minutos comienzan
su marcha monótona y sostenida, como cationes marcando
un tiempo químico hecho de Arsenio y
Plomo.
Se instala la ansiedad en
este cuerpo cobarde que sólo quiere dormir.
Llego a la oficina gris, con
mis pensamientos grises de lunes en la mañana,
Me acorralan los
calendarios, las páginas de la agenda me demandan, so pena de estrangulamiento; las
reuniones surgen como un campo minado frente a mi semana. Las líneas muertas,
eso que llaman “deadlines” parecen zombis que me amenazan, me asustan, me aterrorizan con ese miedo
venenoso y ácido que quiere corroer mis días.
Y así, los minutos, tan cronológicos
ellos, perversos, van derramándose, uno
tras otros, de lunes a viernes laboral, formando un pozo de tiempo profundo e inasible.
El tiempo que se fue.
No hay distancia más larga que
hace un minuto atrás…dicen.
Los miércoles a mediodía,
mitad de semana, cuando la pendiente cambia en una inflexión dichosa donde la
felicidad tiende a infinito (mi esposo lo llama “chuf factor”) Cronos comienza
a debilitarse.
El viernes en la tarde,
Cronos se desploma como una masa inerte, un reloj flácido, como los de Dalí.
Se quiebran los
barrotes, y saltan los candados.
Surge Kairos, amable y generoso. Los minutos se dispersan en
un caos incontenible y feliz. Los
relojes no marcan las horas, sino un
largo y plácido etcétera.
Comienza el fin de semana.
Kairos tiene textura de miel,
olor a madrugada, sabor a mañana infinita, y claridad de mediodía.
Cuando opero en Kairos, no
hay tarde, ni temprano, ni agenda, ni
calendario, ni líneas muertas, ni pozo de pasado inasible, ni marcha de
cationes, ni de soldados.
Kairos es el tiempo de estar
vivo: el único.
Tenemos que soportar a Cronos, que con su juventud, no perdona, para disfrutar de Kairos, el tiempo de Dios que es solo cuantitativo. Abrazos y disfruta del fin de semana, que todo llega
ResponderBorrarYa falta poco para el cambio de pendiente y que la felicidad tienda a infinito, mitad de semana.
BorrarUn abrazo y gracias por venir. En mi blog vivo todo el tiempo en Kairos, una burbuja de tiempo mágico.
El uno, sin el otro, serían incomprensibles en nosotros, aunque siempre añoremos al Kairos.
ResponderBorrarUn abrazo y feliz miécoles.
Es verdad, no lo había visto de esa manera, como dijo Ester, necesitamos del uno para disfrutar del otro. Un abrazo cronológico, ya me tengo que apurar para irme a la oficina....
BorrarFantástico.
ResponderBorrarTenía que decirlo así como palabra suelta con su punto, Natalia 6 ;) Entre sonriente y fascinado he leído tus líneas. Si me lo permites yo lo veo más como un poema que como una narración, pero bueno, sea como sea me gustó mucho.
Es fácil sentirse identificado con esas sensaciones. Por cierto, el cuadro de la persistencia de la memoria es uno de mis favoritos, ya me fascinaba desde niño. Ha sido un placer leerte :)
Me has dejado una gran contentura por dentro con tu tan generoso comentario, mi apreciado Roland 40
Borrar( aunque suene robótico jaja) Gracias
La persistencia de la memoria, es un cuadro realmente poderoso. Creo que ilustra muy bien lo que quería expresar. Con Dali me une el vinculo del YOYO ( EL YOYO, post de abril creo)
Un abrazo
Lo mejor de estar jubilado es seguir comprobando la hora alas 6.30, dal la vuelta y seguir durmiendo.
ResponderBorrarEs el deseo que le pediría a un genio, despertarme todos los días de forma natural, que lujo!!!
BorrarUn abrazo Marcos
Leo, vengo muy agradecida por tu comentario en la entrada de hoy en paradoxia; de verdad que se agradece el apoyo, pues para no hacerte larga la historia, mi diccionario británico jajaja es medio limitado en términos literarios, la literatura nunca fue su fuerte. Lee por puro placer cosas de espionaje, política, economía y thrillers ya sabes, pero cosas un poco más serias y hasta cierto grado complejas de literatura, las evita.
ResponderBorrarVoy a hacerle correcciones, gracias a tu ayuda.
Y enseguida vuelvo con calma a leer tu post que parece prometedor y no quiero perderme el placer de leerlo por nada.
Abrazos!
Hola Beatriz, que bueno haber contribuido con un granito de arena.
BorrarAbrazos
uff!! los dioses de lo humano y de lo inhumano...jajaja
ResponderBorrarMe encanta la forma que conectas de manera tan natural la realidad cotidiana de tu semana con esas figuras que pareciera son de lo más intelectual. Y qué maravilla el tiempo de Dalí.
Te dejo mi abrazo, Leo.
Gracias Beatriz, siempre amable!
BorrarAbrazos para ti tambien