domingo, 23 de junio de 2013

VISITA SORPRESA


Hoy pasaron por mi casa de visita Tío Tigre y Tío Conejo, junto a sus amigos Tío Cachicamo y Tío Morrocoy.

Los recibí en la sala y les ofrecí té con galletitas.

Sancho los miraba un tanto asombrado, pero ni siquiera ladró.

Conversamos animadamente y todos nos reímos bastante, menos Tío Morrocoy  que se quedó dormido debajo de la mesa.

Tío Cachicamo no sólo se comió  todas las galletas, las suyas y las de los demás, sino que se tomó el té con taza y todo. Me dijo que era bueno para la piel.

Tío Tigre admiró mucho mis cojines de piel de cebra (sintética), pero se comportó como todo un caballero y se limitó a olisquearlos.
EL Vestido de Alicia

Entonces llegó mi hija, con su vestido azul de Alicia en el país de las maravillas y aproveché para presentarle a Tío  Conejo.

Siempre le he dicho, que de él heredó su astucia y sagacidad.

“Eres más viva que Tío Conejo”, le repito a mi hija, cuando se las ingenia siempre, (repito, siempre), para salirse con la suya, no importa cuán complicada la situación.

Pude notar que ambos se hicieron un guiño de complicidad y picardía, cuando el Tío le extendió caballerosamente su pata y le sonrió con sus enormes dientes de conejo.

 En fin, fue una tarde muy divertida.

Me despedí de todos los Tíos con un abrazo lleno de candidez, un abrazo muy tierno que pareció durar varias décadas.

Cuando se fueron, mi casa quedó impregnada con un olor a tinta fresca, como el olor que se siente al pasar las hojas de un libro.

Mi hija se cambió de vestido y de tiempo. Sancho olfateaba los cojines.

Yo recogí los platos, las tazas y las migas de galletas, de infancia, de cuento...
 
Los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo (Rafael Rivero Oramas/ Antonio Arraiz) , forman parte de la memoria colectiva de los venezolanos, de mi generación o más viejos. Mi hija no los conoce, pero siempre le digo que es más viva que Tío Conejo, porque siempre se sale con la suya. Yo leía estos cuentos de chiquita en tiempos anti-diluvianos en la revista Tricolor que venía en el periódico del domingo. Hoy me visitaron.
(Por cierto, el cachicamo es el armadillo)
 

 
 

 

8 comentarios:

  1. Eres afortunada, yo nunca había oído hablar de esos conocidos tuyos, pero si recuerdo otros personajes que al paso de los años me faltan nombres. Todavía no me han visitado, pero siempre serían bien recibidos. Abrazos.

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    1. Jajaja son unos tíos muy especiales. Espero un día te visiten tus amigos de los cuentos, seguramente cuando los veas te acordaras de sus nombres.
      Un abrazo de domingo

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  2. Como toda tradición que se precie, espero que no se pierda. Es bonito que el personaje transcienda y la uses con tu hija.

    En tu mente y en esta historia cobran vida, fusionando realidad y ficción cual historia de Alicia ^^ Confieso que en un primer momento me desconcertaste :P jaja

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    1. Hola R40:)), creo que me has influenciado con tus fabulas y dibujos de niño, jaja.
      Tío Conejo siempre ganaba en todo, solo usando su ingenio. Así es mi hija. Cuando era pequeña tenia un vestido de Alicia, azul, con un delantal, me acorde también de ese vestido mientras escribía. Voy a ver si consigo la foto.
      Un abrazote

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  3. Bonito relato y lleno de ternura.
    Un abrazo en la tarde.

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    1. Hola Rafael, gracias por tu visita siempre apreciada. Siempre leo tus poemas, aunque no siempre comento, pero me paseo por la hora bruja con regularidad.
      Una abrazo

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  4. Creo que es un relato lleno de amor y ternura.

    un abrazo

    fus

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  5. Hola fus,
    Me alegra mucho tener nuevos visitantes, y se me dejan un amable comentario, pues mucho mejor.
    Gracias
    Saludos afectuosos
    PD: mi hija tiene ahora 25 años y sigue tan astuta como Tío Conejo.

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