Llegué
de la oficina de impuestos, con las orejas de burro puestas.
Jamás
me había sentido tan obtusa en mi vida.
Son
miles de planillas, cuentas, facturas y términos en inglés que mi cerebro se
niega a aprender.
Y es
que es esa odiosa época del año en que nos visita el “tax man”, ese de quien
dicen (y es cierto en estos países), que
no hay escapatoria, como la muerte.
Tax and death, como dicen…
Entonces,
recordé la anécdota del señor a quien la muerte vino a buscar. Al final se las
dejo.
Llegué
a mi casa y prendí una vela de Eucaliptus.
Para
descongestionar mi mente y el ambiente.
Aunque ficticiamente, mi casa se vaporizó con un olor verde, fresco, balsámico.
Esto
me recordó que, tan seguro como los impuestos y la muerte, también llega la primavera.
El único
invierno que existe es la desolación, muy distinta a la soledad.
Conté
mis primaveras, mis afectos, mis soledades.
Mis
bendiciones.
El eucaliptus es bueno para la carraspera, para olvidar los impuestos y a la innombrable también.
Termino
con la anécdota que me contó un taxista en Caracas, hace muchos años:
La muerte vino a buscarlo.
Entonces, el hombre aterrado, se escondió
dentro de un baúl y le dijo a la esposa que le dijera al señor de la guadaña, que él no
estaba y que tardaría en regresar.
La muerte, solemne, serena y sin prisa,
se sentó sobre el baúl y dijo:
No importa, yo espero.
No importa, yo espero.
Muy buena la anécdota del taxista, la muerte tiene paciencia, así que es mejor enfrentarse a ella que esconderse.
ResponderBorrarY mientras no llega debemos hacer lo posible por vivir tranquilos y contentos, aunque tengamos que pagar los impuestos. Los problemas de dinero no son problemas.
Saltos y brincos
Totalmente de acuerdo!!! Gracias por tu visita que me contenta mucho
BorrarUn abrazo
Es verdad que para el currante normal, los temas económicos nos atormentan parte de nuestra existencia, pero al fin y al cabo hay que "dar al Cesar lo que es del Cesar", y seguir viviendo disfrutando de las realidades que no cuestan y son impagables, el amor, la amistad, el cariño, un día soleado, un amigo, una sonrisa sincera, eso es lo verdaderamente importante.
ResponderBorrarAsi es amigo Marcos, lo major de la vida es gratis!
BorrarUn Abrazo
Y la espera puede ser paciente e interminable...
ResponderBorrarUn abrazo y feliz día.
Yo digo como Balzac,... la muerte es segura... olvidemosla...
BorrarUn abrazo y como siempre muy agradecida por tu visita.
Alguien tendría que decirle al taxista que fue su mujer quien llamó al de la guadaña, jajajaja! Y contra la oficina de impuestos, ya se sabe, eucaliptus, siempre eucaliptus... y mucha paciencia.
ResponderBorrarPor fin puedo pasar por tu blog con la conciencia tranquila, jejeje...! Un beso!
Jajajaja, probablemente...
BorrarMe preparo con emocion para instalarme a leer tu carta. Lo hare vino en mano, en cuestion de media hora.
Gracias mil, por tu comentario y por tu respuesta que creo que bien valio la pena esperar.
Genial por esos momentos de meditación, y si, hay cosas de las que no podemos escapar. Pero supongo que lo importante es disfrutar del camino.
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