Mi mama decía
que le gustaba más celebrar las graduaciones que los matrimonios, porque las
graduaciones, decía, “son para siempre”, mientras que los matrimonios, “no se
sabe”. Una frase que no encajaba bien en los labios de una dulce abuelita,
pero mi mama tenía su muy particular y silvestre sabiduría.
Volviendo a las
graduaciones, creo que, no puedo dejar de comentar mi momento mágico de esta
semana: la graduación de mi hija.
Es la primera graduación
a la cual asisto, aquí en Canadá. Emocionada, orgullosa y con una felicidad
indescriptible, me esperaba un
acto solemne, pero simple, práctico y “to the point”, como suelen ser las cosas
aquí en Canadá.
Gratamente, me
equivoqué. Me olvidé del detalle que estos muchachos que egresaban del Alberta College of Art and Design (ACAD) después
de cuatro años de duro trabajo y me consta, son: artistas, escultores,
pintores, diseñadores, artistas del vidrio, de las fibras, joyeros,
ilustradores, creadores, igual que sus profesores, Doctores en Bellas Artes, o Fine
Arts. Así que, la ceremonia del grado fue todo, menos convencional.
No voy a
describirla en detalle, solamente un resumen ejecutivo, para no abusar.
Al comenzar la
ceremonia, nos invitaron a todos a pararnos, y el sonido de tambores africanos,
tres percusionistas en vivo, inundó
la majestuosa sala del Jubileé Auditorium. Los rectores, decanos y profesores,
ataviados con togas adornadas con listones y chales, creados por los artistas
de la fibra, en procesión, fueron
tomando sus lugares en la tarima, al ritmo de la percusión, igual que los
graduandos y todo el auditorio que aplaudía.
Se hizo la
magia. Los tambores, igual que las campanas, limpian el espíritu, son sanadores
y borran cualquier vestigio de rigidez, superficialidad y malas energías. Lo
que queda en el aire es fresco, como si uno volviera a sus orígenes. Todo el
lugar se dejó llenar con la estela creativa de estos doscientos jóvenes,
dotados de ese raro don que van a ofrecerle al mundo, el arte.
Después, vinieron
palabras, importantes, honestas y sentidas, sobre el proceso creativo; ese
diálogo con uno mismo, donde uno busca incansablemente, a veces,
peligrosamente; toma decisiones íntimas, profundas; explora por dentro y por
fuera; se sorprende, se cuestiona; medita sobre la vida, sobre la muerte; se rinde, y vuelve, siempre vuelve; a
los extremos, hasta que conquista y surge. Por eso es que el arte es sencillamente,
vida.
El climax del
acto fue cuando le tocó el turno a uno de los profesores para decir su
discurso. Lo presentaron, después de leer su impresionante curriculum y éste se
acercó al podium. De pronto, lo
insólito. El profesor se quitó la toga, se despojó la camisa; de un bolsito, sacó
una especie de guayuco o taparrabo, se lo puso. Se quitó los pantalones, se
puso un collar indígena y unos mocasines. Se hizo una cola de caballo y dijo
unas palabras en su lengua aborigen de Canadá. El profesor es de origen nativo, lo que llaman aquí “First
Nations”. Su homenaje fue un poderoso acto simbólico para decir: este es,
verdaderamente, quien soy yo. No olviden nunca quienes son ustedes realmente.
Su discurso duró menos de un minuto, y nunca he escuchado a nadie expresarse más
elocuentemente. Después, con una
solemnidad extrema, se colocó la toga de profesor nuevamente, lo aplaudieron a
rabiar y volvió a tomar su lugar en el estrado.
Bueno, pero al
final de todo este emotivo acto, desbordante de honestidad, pues el arte no se
puede fingir, para mí lo más
bonito, fue escuchar el nombre de mi hija, verla caminar, mas bien flotar, en cámara lenta,
recibir su diploma, estrechar las manos de las autoridades de la universidad,
fundirse en calurosos abrazos con sus profesores y salir de allí, bella y
dispuesta a entregarle al mundo, ese raro don, el arte. Dispuesta a volar.
Así dijo el
profesor en su idioma nativo:
Go out
there and fly…
a volar!!!!!....te felicito prima por tener todas las posibilidades de saborear esa magia. DLB!
ResponderBorrarUna maravilla! Felicidades Leo, que vueles muy alto...
ResponderBorrarQue emocion! Felicitaciones!
ResponderBorrarGracias mc, fue muy emocionante en verdad. Gracias otra vez
BorrarMuchisimas felicidades y mi sincera admiracion a la graduada, ella posee lo que a mi me toco escasamente en la reparticion de dones.
ResponderBorrarSandra
Gracias Sandra, me parece que te tocaron muchos dones creativos en la reparticion, estoy segura, se nota en como te expresas. Besos de una mama orgullosa
BorrarFelicidades por la parte que te toca, se te nota muy orgullosa de ti hija :)
ResponderBorrarSi, nada desperdiciable la frase, no olvidemos lo que somos realmente, sin duda enriquece, no sólo como artistas sino como personas.