Pero como dice mi amiga Sol
(y me encantó) uno en la vida a veces tiene que llorar por un ojo y reírse con
el otro
Después de pasar el sábado en la mañana haciendo
diligencias con mi hijo, una de ellas cambiar su regalo de cumpleaños (por
razones tecnológicas), Santiago me dijo que lo acompañara a cortarse el pelo.
Estaba apurada, pues tenía un compromiso en la tarde,
y varias otras cosas que hacer, pero asentí.
Entramos a la barbería y aproveché de ir al baño.
Tuve una conmoción cuando pasé al lado de un pipote
gigante lleno de pelo humano.
Me espeluqué, algo no muy apropiado para una barbería.
Con esta sensación mórbida me senté a esperar.
Santiago era el único cliente.
El barbero era más bien una “barbera” y cuando la vi
tuve que reprimir un ataque de risa incontenible.
Esto me ayudó a borrar de mi cabeza la imagen del
pipote.
Dios mío, pensé, espero que Santiago no quede como
ella. (foto al final, sin cara)
Como hubiese dicho mi papa, “una
lora matada a escobazos”.
Esto me recordó una adivinanza, la respuesta al final
de la fiesta.
“Si en un pueblo solamente hay dos barberos, uno con
un corte impecable y la barba bien cuidada, y el otro, despelucado y peludo. ¿Con
cuál de los dos se cortarían ustedes el pelo? Y por qué…”
Pues bien, superadas todas estas bizarras emociones,
vi la imagen de Santiago en la silla,
con su babero, capa, no sé cómo se le llama, dispuesto para su corte de pelo.
Allí comenzó la fiesta.
Una fiesta maravillosa a la que fui invitada hace 28 años.
Se apagaron las luces y la silla de la barbería se
puso enorme.
O Santiago se encogió.
Sentado allí vi
a un niñito, un bebe casi, haciendo pucheros, igual que la mama.
Recordé el lugar exacto, Centro Comercial Humboldt,
Caracas y a partir de ese momento empezaron los fuegos artificiales, la música,
los abrazos, las lágrimas.
Los recuerdos.
La felicidad tan sencilla y plena que sentí cuando vi
a mi niño cortándose el pelo por primera vez.
Un acto que, de tan simple, no puede ser sino inolvidable.
Así celebré los 28 años de Santiago.
En la barbería.
En la noche hubo fiesta con amigos, torta y velas.
Alegría.
La peluquera hizo un extraordinario trabajo con
Santiago y eso corrobora la respuesta de la adivinanza.
Si en el pueblo hay sólo dos peluqueros, uno impecable
y el otro descuidado, pues hay que ir al peludo, porque éste es quien le corta
el pelo al otro.
¡Qué linda fiesta!
¡ Ahhh, que bien ! de buena mañana estas entradas que te pintan la sonrisa en la boca. Me voy con ella al trabajo, con la sonrisa, digo, porque con otra cosa no...ja, ja,ja,ja,aja,ja,ja,ja,ja, es que el relatito da para jugar con los pensamientos, con la imaginación en definitiva ¿en, Natalia?. Que mala soy... solo decirte que me he divertido de lo lindo, leyéndolo.
ResponderBorrarAsí me gusta, feliz día y feliz finde
Un beso
Fina
No sabes como me alegra mi manana saber que te algre la tuya!!
BorrarUn abrazote y feliz fin de batalla! ( nuestro grito de guerra jajaj)
Feliz fin de batalla!!!!!!!!
BorrarEres estupenda, tu redacción hace que te escuche sentada a tu lado mientras le cortan el pelo a tu hijo. Los recuerdos son bolsitas perfumadas. Adiviné la adivinanza. Un abrazo.
ResponderBorrarGracias Ester por acompanarme en mi fiesta particular en la barberia. Y claro, creo que nadie puede ganarte en las adivinanzas, con tu mente tan aguda.
BorrarUn abrazo grande!!
También conocia el final del barbero, los años nos hacen recopìlar las mil historias oidas tantas veces. Te imagino perfectamente en el cuadro que nos has contado, a mi me pasa frecuentemente con mis nietos, veo sus tonterías y de inmediato revivo las mismas cosas que ya viví con sus padres.
ResponderBorrarY que rico es no? digo eso de transportarse en el tiempo para revivir momentos entranables. Te digo como a Ester, tendre que buscar adivinanzas mas dificiles para ustedes jajaja.
BorrarUn abrazote Marcos y gracias por tu gentil visita!
Divertido relato el que nos dejas hoy Natalia. Felicidades.
ResponderBorrarUn abrazo y feliz fin de semana.
Algo ligero para empezar el fin de semana, Gracias por tu siempre maravilosa presencia en mi blog.
BorrarUn abrazo grande y feliz fin de semana!
appreciate your blog kisses albert
ResponderBorrar¡Hola Natalia!
ResponderBorrarMe pillaste en una de mis ausencias mensuales, pero siempre me paso por aquí, imposible no hacerlo. En esta ocasión con un escrito agradable, me alegro de percibirle un poco mejor. Buena elección la del peluquero jaja Un abrazo muy grande!!!!
Hola Roland! Te extranaba! Si mi momento magico en la barberia me resulto muy agradable, mi fiesta particular! Me gusta recuperar el humor, en medio de los tiempos tumultuosos que vivimos. Me alegra que hayas vuelto y espero toparme con alguno de tus maravillosos escritos pronto, muy pronto. Otro abrazote para ti!
BorrarGracias Leonor! Me has sacado una sonrisa y me hacia muchisima falta, sos una genia como siempre.
ResponderBorrarNo me recuerdo el primer corte de mis hijos, tuve tantos! Pero coincido en que una fiesta de felicidad puede ocurrir en cualquier momento, sobre todo recordando momentos felices e irrelevantes de nuestros pequeños, gracias otra vez.
Besos
Sandra
Hoolaaaa Sandra, que bueno tenerte por aqui y mas aun ese comentario tan lindo que me dejas. Si, esas fiestas que ocurren en los lugares menos pensados son las mejores. QUe bueno que te saque sonrisa! Un abrazo grande!
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