lunes, 12 de noviembre de 2012

REMIENDOS


Cuando a mi papa le preguntaban algo que no sabia, respondía: Yo no se del hilo, María es la que cose.

Yo no entiendo nada de hilo, ni de agujas (tejer si me encanta), pero hoy me vi en la necesidad de remendar.

Y es que cada vez que saco los abrigos de invierno, me consigo con un hueco en un bolsillo, lo cual me produce una sensación muy rara e incómoda.  

Claro, como el roto no se ve, pues no le doy prioridad a remendarlo, más bien me provocaría ser víctima del consumismo  y comprarme una chaqueta nueva.

Pero eso va en contra de mis principios,  de la memoria de mi madre, y todas esas otras viejitas de mi familia,  magas de la aguja y dedal.

Hoy, cuando me puse la chaqueta y  mis dedos se quedaron atrapados en los agujeros del bolsillo, sentí que por allí se estaban fugando, no sólo las monedas, sino mi calor vital, mi  energía, mis ideas, mi suerte.  

Como si tuviera un hueco en mi aura, ese saco energético que lo contiene a uno.

Así que busqué el costurero (artículo más inútil que cenicero en motocicleta en esta casa). Ensarté la aguja, con suma dificultad, debido  a estos ojos que ha de comerse la computadora  y cosí los bolsillos de tres chaquetas,  torpe pero efectivamente.

Entonces me poseyó  el deseo incontenible de remendarlo todo.

Le zurcí a mi esposo un huequito que tenía en su suéter (la antítesis del zurcido invisible, pero él lo aprobó);  después unos pufs desvencijados (victimas de un visitante gordo).
 
Un par de cojines que cayeron en las fauces de Sancho, también fueron victimas de mi técnica de costura, casi tan burda como los dientes del perro.

No es fácil remendar.

Como parte de la necesidad de zurcir mis filtraciones, materiales y energéticas,  hoy preparé un rico almuerzo para la familia, invité a mi hija a hacernos las manos y le doblé la ropa que tenía una semana en la secadora; pensé cariñosamente en tres amigas que veo poco, pero a quienes quiero entranablemente, y les envié muy buenos deseos en silencio.  También traje a almorzar a mi casa a mis hermanas y hermanos, lejos, pero presentes siempre.

Y bien, al final creo que cosí varios huequitos que tenía a mí alrededor.

Mi chaqueta de invierno se siente mucho mejor, igual que ese otro abrigo que contiene los humores y fluidos cósmicos de uno.

Por si acaso, creo que voy  a dejar el  costurero a la mano.

14 comentarios:

  1. Que bien dar unas puntadas en el corazón y el alma, dejar todo unido y la tranquilidad de haberte acordado de todos, has tejido una manta para calentar todos tus recuerdos. No, no escondas el costurero que es mágico.
    Saltos y brincos

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    1. Gracias Ester, por tus amables palabras y tus saltos y brincos, que me parecen tan elocuentes. Definitivamente, el costurero hay que dejarlo a la mano.
      Un abrazo

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  2. Remiendos, nunca mejor dicho, y puntadas en la ropa y en el alma.
    Un abrazo y feliz día.

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    1. Hola Rafael
      Siempre tan agradable conseguir tus comentarios tempranito en la manana.
      (cambie el usted por tu, es mas cercano)
      Un abrazo

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  3. Hay etapas para hacer cosas como esa de zurcir ropa...otras en que la creatividad exige inventar...y así. Tejer no me gusta mucho, sin embargo el año pasado me puse a hacer bufandas para los niños, solo quedo pendiente una bufanda para mi, me gustaron los colores y ahora estoy en eso, pero cuando empiezo algo, tengo que terminar pronto, o ya estuvo que no lo terminé nunca.

    En fin, yo tengo mi abrigo de invierno arreglado por esta temporada, creo, aunque no esta demás un chequeo para asegurarse de que no haya hoyos escondidos.

    Saludos Leo,

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    1. Gracias amiga Bea
      Yo soy como tu, cuando empiezo algo o lo termino en el acto o no lo termino nunca jajajaj ( tu naciste en abril por casualidad?)
      Besote

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  4. Remendar es un gran verbo. Y si nos referimos a la ropa de invierno, que casualidad! Yo también remendé hace poco dos agujeros de la primera chaqueta para temperaturas menoresa los 10 grados que compré hace años en España. Así empujaremos esos bolsillos con las manos buscando calor que los pobres ceden ante la presión jajaja.

    Un abrazo.

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    1. Hola Vero, si, remendar es un gran verbo en todos los sentidos.
      Beso grande para ti y gracias por estar ahi!

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  5. Qué hermoso este post! Qué tierno, me encantó...
    Yo sé coser, pero no me gusta la verdad, aunque el día que me pongo me pasa igual que a ti, coso todo lo que encuentro. Lo que me encanta es tejer, pero tengo poco tiempo, me gustaría dedicarle más...
    Me gustó mucho lo que leí, vendré siempre que pueda, me quedo aquí...
    Un saludo

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    1. Que alegria tener una nueva lectora! Muchas gracias Eva, bienvenida y espero disfrutes. A mi tambien me encanta tejer, mientras no tenga que contar, porque me enredo ( y eso que trabajo con numeros)
      Besote!!!

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  6. Te quedo un poco de hilo? Hoy quiero remendar mi ego...No pase el examen para el que me he estado preparando ultimamente. Aunque sabia que era muy dificil, guardaba la secreta esperanza de pasarlo a la primera y pregonarlo por toda la oficina, no sucedio y fue muy triste, aunque tristeza compartida porque mis otros dos colegas que tambien lo presentaron, tampoco aprobaron, creo que eso aminoro la humillacion publica (aunque exagero porque ese examen muy rara vez se aprueba al primer intento)

    En fin...tambien necesito remendar mis energias porque estoy planeando volver a tomar el examen en dos semanas. La vida es dura y doblemente dura cuando lo que se tiene que estudiar es en un idioma diferente al materno. Under pressure!! la historia de mi vida!

    Me gusto tu post. Muchas veces me gustaria tener ese hilo magico y sanador para surcir tantos huequitos del alma por donde se sala la buena vibra que tanto cuesta acumular en la vida y ojala fuera tan facil como zurcir un bolsillo!

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  7. ps: Sandra (que duro y sin chiste suena mi nombre, creo que me lo voy a cambiar como vos)

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    1. Querida Sandra, no tenias que decirme quien eras porque conozco tu cadencia, tu voz y tu aliento y ya me imaginaba que eras tu. Queda todo el hilo del mundo en le carrete infinito. Dios, como me identifico contigo, de todo el esfuerzo que uno hace, en otro idioma, cuanta energia le cuesta a uno. Te entiendo amiga, demasiado, me provocaria tomarme un cafe contigo, aunque sea imaginario, Besos y abrazos

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  8. Cuando comienzas no hay quien te pare :)

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Tu comentario es siempre apreciado. Gracias!