martes, 22 de noviembre de 2011

Sabor a Dinero

Advierto que estoy en dieta estricta y por consiguiente “grumpy”. Me encanta esa palabra porque cuando la pienso, o me la dicen, se me quita el malhumor instantáneamente. Es como un antídoto,  una palabra que da como cosquillas.

Para distraerme mientras llega la hora de la cena y no contaminar a nadie con mi estado de irritabilidad, ocasionado por la privación prolongada de alimentos, (necesaria para no parecer una pequeña ballena) decidí  escribir un breve y casi insignificante momento mágico, que resultó en que mi esposo declarara solemnemente: “You are truly an idealist”.

Les cuento.

En esta época del año encargo mis hallacas a una señora que no veo en todo el año, pero que las hace deliciosas. A lo mejor es “wishful thinking” pero si hay algún lector que no sea venezolano, le aclaro que la “hallaca” es el plato tradicional de la Navidad Venezolana. Un bocado para los dioses, una mezcla de sabores indígenas, españolas, africanos, árabes, venezolanos. Como siempre digo y a riesgo que me hija me llame cursi: Una Fiesta del Paladar, donde hay tambores, cuerdas, vientos y coro celestial. Como toda fiesta dan mucho trabajo.

Busqué por todas mis  garabateadas libretas telefónicas, (soy a la antigua) el teléfono de la señora. La única clave es que se llama Ana. Al final busqué por la H y allí estaba, por supuesto: Ana Hallacas.

La llamé y le encargué un buen lote para que me duren todo el mes de Diciembre.   ( aunque voy a Venezuela este año, me gusta ofrecerle a mis amigos)

La conversación telefónica con la Señora Hallacas fue algo así:

- Hola Ana, es Leonor, ¿te acuerdas de mí?
- Si claro, ¿cómo estas Leonor?……
( nos ponemos al día con los acontecimientos del ultimo año)
- Quiero encargarte unas hallacas, ¿puedes?
-Si, claro, ¿cuántas quieres?
- Unas treinta. ¿Cuánto cuestan?
- ( tantos  $x)
- ¡Pero están superbaratas!, ¿por qué no las subes de precio?
( se llama regateo hacia arriba)
- Bueno porque yo saqué mis costos, hasta la gasolina que gasto para comprar los ingredientes, y a ese precio que te dije, me da la base y gano.
(yo insisto)
- Pero, fulanita y menganita las venden al doble y no son tan ricas (sigo insistiendo en subirles el precio) Las hallacas dan muchísimo trabajo….
- Si son muy laboriosas, pero como te digo, yo las hago con gusto y con lo que cobro me da la base y saco mi ganancia.
(Ya no insisto más)
- Te llamo cuando estén listas.
- OK, ¿tienes mi teléfono?
- Si aquí lo tengo anotado: Leonor Hallacas.
- (Risas) Yo tengo el tuyo en Ana Hallacas. (más risas) Chao, besos…
(Click)

La historia no acaba aquí. En la noche, comento con mi esposo y mi hija, que encargué las hallacas etc, etc… y les echo el cuento de mi anti-regateo, etc, etc… Les digo que, qué gusto que en el mundo haya todavía gente honesta. Empiezo un speech sobre la avaricia, la especulación, etc, etc… Digo que ahora entiendo por qué esas hallacas son tan deliciosas, porque lo que se hace con avaricia….

 Aquí mi hija me interrumpió….”Sabe a dinero”… completó.

Esa frase me pareció absolutamente genial. 

Aclaro, avaricia no es hacer dinero, hacer dinero queremos todos, me refiero a eso que llaman Greed, codicia. Pues bien, termino mi discurso parafraseando a mi hija:

Todo lo que se hace con avaricia, (y no solo la comida), sabe a dinero y el dinero avaro deja un gusto amargo, rancio, acre. Un after taste que no se puede disimular con nada.

En ese instante fue que mi esposo dijo:

”You are truly an idealist, aren’t you?“

Si, lo soy y sin remedio.

Y ahora me voy a comer antes de que alguien me llame “grumpy” y me de un ataque de risa.





9 comentarios:

  1. No te puedo leer cuando estan todos durmiendo porque me tengo que reir bajito y a mi me gusta reirme normal (iba a poner duro, pero puedo parecer ordinaria).

    ResponderBorrar
  2. Hola Grumpy,



    Lo encontre genial.

    ResponderBorrar
  3. Jajaja excelente la historia! Veo perfectamente a Leo (hija), viniendo con esa ocurrencia.

    ResponderBorrar
  4. Necesito el telefono de la seniora que hace las hallacas, hace mucho que no como algo que no sepa a dinero. Me lo das?
    Sandra

    ResponderBorrar
  5. Sandra, gracias por tu comentario pasame un mail donde te lo pueda dar para no hacerlo publico. Te lo doy con todo gusto (vives en Calgary me imagino), son muy ricas, Hoy voy a buscar otro lote que encargue. Besote

    ResponderBorrar
  6. Sandra escribeme a leonorcanada@gmail.com y te doy los datos, recibe encargos hasta el 20 de diciembre.

    ResponderBorrar
  7. Si, vivo en Calgary.
    No tengo ni idea de lo que son las hallacas pero por tu descripcion deben ser deliciosas. Justo hoy las tuve tu blog muy presente porque en la oficina, una señora de limpieza colombiana, amorosa ella, una mujer muy, pero muy sufrida y golpeada por la vida, me pregunto que dia salgo de vacaciones porque me quiere llevar sus hallacas por Navidad (que linda, me robo el corazon porque ahora se que son algo especial que Uds comen para Navidad), asi que espero esta hallacas sin sabor a dinero que esta linda señora me va a llevar, luego voy a encargar las de Ana hallacas, o es que solo las prepara para Navidad? si es asi mejor corro a encargarlas. Gracias mil!

    ResponderBorrar
  8. Nunca escuché regateo al alza, me hizo reir ^^

    Ya hice tarde, pero… ánimo con tu dieta.

    ResponderBorrar

Tu comentario es siempre apreciado. Gracias!