sábado, 12 de noviembre de 2011

EL Angel y el Vestido

Estoy bloqueada y todo por culpa de un vestido que compré y que no sé si quedármelo o devolver. En otras palabras, desde ayer, he estado en la tricúspide de la necedad, el narcisismo y la frivolidad. Hasta que, hace minutos,  estando allí, en esas cumbres, un pensamiento de otro mundo voló ante mí como un ave serena y majestuosa.

Descendí de esas alturas estrepitosamente con un sollozo de dolor. Esa ave gloriosa era un recuerdo, era ella, mi amiga Gloria. que se fue a volar a otros cielos,  el pasado mes de Junio. Entonces, tuve una pequeña batalla conmigo misma, de la que salí victoriosa, gracias a ella. Les cuento.

El vestido es bello y caro. Mi esposo lo aprobó con entusiasmo, pero yo a él no le creo. Si me pongo un saco de papas encima, a él le parece diáfano. Otra razón para amarlo, por supuesto.

Hoy salí dispuesta a devolverlo, mi esposo se negó, pero es que me parece que es muy ajustado y la verdad no me siento cómoda. Yo no me conformo con vestirme “según mi edad”, es decir recatada y conservadoramente, es aburrido, pero en este caso, no  estoy segura. Una vez leí que uno debe vestirse, no de acuerdo a la edad, sino de acuerdo a su cuerpo (que no es que ayude mucho) y el consejo mas importante que he considerado respecto a la moda es que uno tiene que vestir su verdad o “dress your truth”.

Hoy volví a probármelo, con medias, faja casi a punto de colapso circulatorio, tacones y accesorios. En fin, he estado dos días en este ridículo dilema del vestido. Leo una página.. el vestido.. converso sobre la eurocrisis…. el vestido… ¿qué vamos a cenar?... el vestido…limpio, cocino… el vestido… las elecciones, Chavez… el vestido...

Entonces, fugazmente, como un silencio de esos en que pasan los ángeles, se presentó inesperadamente, el recuerdo de mi amiga  Gloria, que murió trágicamente en un accidente de moto, hace cinco meses apenas. Me vino a la mente la fiesta de Navidad del año pasado; ella con su vestido rojo, hermosa, con su silueta menuda y su porte elegante, sonriente y feliz del brazo de su esposo.  Compartimos mesa, criticamos algunos atuendos de la concurrencia canadiense, nos reímos y bailamos, I will Survive, que ironía…

Entonces, fue como si de la cumbre de la necedad en que me encontraba,  me lanzaran en un ascensor en caída libre.  Allí, en el sótano, quedé hecha añicos junto a los escombros de mi egoísta y pequeño mundo. Cuestioné todos los problemas tontos que uno se inventa, hasta me peleé con este blog, y mis momentos mágicos que al final son un compendio de anécdotas irrelevantes que a nadie interesan. Al diablo con el vestido, tengo una pila en el closet que apenas me he puesto. Y me quedé un buen rato pensando en el momento en que recibí la noticia de su trágica muerte. Cuatro o cinco palabras que la borraron del mundo. Todavía a veces, no lo puedo creer.

Le conté a mis esposo sobre mi bloqueo, de mi súbito recuerdo de Gloria y de lo mal que me sentía por lo vacío y superficial de mis pensamientos. Yo, que quiero creer que soy profunda y elevada.  ¿A quién engaño?

Mi esposo dijo que necesitaba lubrication. Para los malpensados  eso significa un trago.  (confieso que a mi también me tomó desprevenida la propuesta)

M. me sirvió mi acostumbrada copa de vino y entonces decidí escribir.

Ya con un vino entre pecho y espalda, me dediqué a recordar a mi linda amiga colombiana Gloria, a su hijo, que es un buen amigo del mío y en cuya sonrisa la encuentro a ella, cada vez que lo veo  a él en la oficina. Me vinieron a la mente las innumerables conversaciones en el Café, casi siempre temprano en la mañana. Conversábamos sobre los hijos, sobre el estar casada con un extranjero, sobre nuestras vidas aquí después de haber dejado nuestros países; y muy especialmente sobre la moda, vestidos, zapatos, carteras. Ella siempre tan linda, con la botas más estilizadas, sus bufandas, su figura de maniquí que hacía que todo lo luciera con gracia.

Entonces, me reconcilié con mi propia frivolidad, mi narcisismo, mi ocio, el que quisiera cultivar más a menudo.  Como he dicho en otras ocasiones, en nuestras vidas imperfectas, todo eso es importante. 

Yo escribo mis momentos mágicos, es mi manera de expresarme, pero a la gente  en general, no le hace falta escribirlos, sencillamente los practica. Algunos en la cocina, otros en la danza, en la fotografia, con los hijos, en el bordado, en sus trabajos, en los viajes, en las fiestas.

En mi vida ermitaña canadiense, las redes sociales, que al principio consideraba justamente la revolución del ocio, la frivolidad y el narcisismo, son hoy en día mi ventana al mundo y me encantan. Quizás porque yo soy todo eso, y un poquito más. Allí me divierto con la magia cotidiana y familiar de los demás.

Querida Gloria,

Qué triste va a ser no tenerte este año en la fiesta de Navidad.

En tu memoria, creo que voy a conservar el vestido y a hacer un poco de dieta de aquí a Diciembre. Seguro que me hubieses dicho, que qué bonito vestido, tu eras así de bella.

6 comentarios:

  1. Hola Leonor ! Me encantó esta entrada, es muy sincera y heartfelt. Me identifico mucho con lo de "dress the truth" , que se puede extrapolar a write the truth, cook the truth do -fill in the blank- the truth. Ser auténtico es un reto y un placer. No dejes de escribir, es genial leerte. Me encantaría que echaras el cuento de cómo se conocieron tú y tu esposo, mi mamá me dijo que fue muy romántico, en una playa ;). Curioso cómo el fulano vestido comenzó siendo un bloqueo y terminó siendo una inspiración.

    ResponderBorrar
  2. Gracias Michelle, por esa misma razon me encanta leer tu blog, por tu espontaneidad y honestidad. No se si te llegan mis comentarios, a veces se me desaparecen, no se por que. Besote

    ResponderBorrar
  3. Me uno a la peticion de echar el cuento del flechazo amoroso ♥

    ResponderBorrar
  4. A peticion del publico UUUFFF, un gentio!!!!! + 2, algun dia echo el cuento de mi romance,pero creo que la mama de Michelle se refiere a mi matrimonio que fue en una posada en Choroni, a la cual ella asistio. A mi esposo (el segundo y definitivo) lo conoci en el lugar que mas odio: LA OFICINA.

    ResponderBorrar
  5. Uff… Que decir.

    Bueno, lo cotidiano, lo frívolo también son los que por contraste crean los momentos especiales, no se puede vivir siempre en un momento mágico, supongo. Lamento lo de tu amiga.

    ResponderBorrar

Tu comentario es siempre apreciado. Gracias!