Se me olvidó mi almuerzo
triste.
Así lo llamo, porque no hay
nada que me produzca más congoja, que calentar comida en el micro ondas y comer sola en mi cubículo, mirando con ojos
extraviados, la pantalla del computador.
A falta de almuerzo
apesadumbrado, no quedaba más remedio que bajar a la cafetería, lo cual a -14
no produce ninguna gracia, pero sorprendentemente, era en uno de esos días invernales,
engañosamente azules y soleados, en que flotaba escarcha plateada en el ambiente.
Disfruté, la caminata, pero,
oh desilusión, el cafetín estaba cerrado.
Regresé a mi oficina, con
las manos y el estómago vacío, pero la breve marcha en el frio, sacudió las cifras y los números de mi solapa
y de mi ánimo.
Entonces, se me ocurrió
comentar a alguien sobre mi falta de almuerzo
y el restaurant cerrado, y que no me quedaría más remedio que hacer
dieta.
Entonces sucedió una transformación
inesperada.
Debo decir que me tomó por
sorpresa.
La oficina, ese espacio silencioso
y gris donde pareciera a veces, que la
vida ha desertado definitivamente, despertó.
Mi manager, amablemente, me ofreció
una bolsita de avena y una bebida proteínica.
Mi Coop student, dijo que podía darme una manzana y crackers.
Mi analista de costos, ofreció la mitad de su sándwich.
Desde detrás del tabique, la
controladora de documentos, solidariamente puso a mi disposición una lata de sopa.
Propuesta que,
graciosamente, acepté.
El siguiente problema era
conseguir una cuchara de sopa.
Y del cielo llovieron
cucharillas.
Y no solo cucharas, cuchillos
y tenedores también.
Cubiertos con diversos orígenes,
de construcción, de gerencia o coordinación
de proyectos.
Y por si fuera poco, cuando
me dirigía al microondas a calentar mi sopa Campbell, el joven eléctrico, Project
Engineer, a quien también le conté mi historia, pues se puso a la orden con pan
tostado.
E insistió muchas veces.
Por primera vez, en mucho
tiempo, mi almuerzo en la oficina, no fue nada triste.
PD: En verdad fue en momento
mágico en que la oficina me mostro su rostro más humano, lástima que esto
suceda justo cuando me siento muy amenazada de perder mi trabajo en tiempos de recesión
económica en Calgary. Pero estas muestras de generosidad y solidaridad me
reconcilian con la oficina, con mis compañeros y me siento afortunada de pertenecer
a este bello país, Canadá, la tierra del “small kindness”.
Sop para un estómago vacio y calor humano para el alma, no hay nada más reconfortante.
ResponderBorrarUn saludo de luz
Gracias Athenea, la verdad mi falta de almuerzo fu muy afortunada porque mostro una solidaridad inesperada.
BorrarUn abarazo
Una hermosa anécdota. La gente se solidariza por las buenas causas y más con la gente conocida. Me alegro de que sea así. Aunque por cierto ¿No hay máquinas expendedoras? O_0 Un gran abrazo!!
ResponderBorrarEs una larga historia, pero no, no hay maquina expendedora jaja, tengo que salir al edificio principal, ( estoy en una especie de edificio anexo) para la cafeteria y era un viernes en que no trabajaban los empleados de la compania, etc, etc, etc Pero si, la gente muy solidaria. Ahora, tambien aprendi una leccion, y es que todo lo que uno dice se oye en todas partes jajaja Un abrazo
BorrarHas tenido suerte de quedarte sin almuerzo en esa tierra de grandes personas y pequeñas bondades, normalmente somos asépticos, independientes, impersonales, pero muy solidarios, esa es la grandeza de la raza humana. Ojalá la recesión no te alcance. Un abrazo y buen provecho.
ResponderBorrarGracias Ester, fue el perfecto antidoto para mis tristes almuerzo, que creo se volverian mas tristes si me despiden jajaja. Amanecera y veremos
BorrarUn abrazote
Tus letras me hicieron sonreir. Gracias por este precioso momento.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias Rafael, la sopa y el calor humano me resultaron muy reconfortantes.
BorrarUn abrazote
Una muestra más de que en los malos momentos es cuando conoces realmente a aquellos que te rodean... la solidaridad y el reconocimiento de la presencia propia y ajena en un espacio cotidiano dónde cada cual va a lo suyo hasta que...
ResponderBorrarBesito volado solidario
Ciertamente brujita, a veces cree uno que esta rodeado de robots y sentir calor humano es realmente balsamico.
BorrarUn abrazote
Eso sí que es empezar el día con la mejor de las sonrisas y la maleta llena de ánimos. ¡Bien por la amistad!
ResponderBorrarAbrazos siempre, Natali. Feliz domingo
Fina
Gracias Fina y hoy Lunes en retribucion les lleve un chocolate a cada uno de quienes me ofrecieron comida cuando lo necesite ( comida para el cuerpo y para el alma)
BorrarUn abrazote
Así solamente se suele tratar a las buenas personas,así que deduzco que tú lo eres...No seríamos nada sin los demás Natalia,somos animales gregarios,lo queramos reconocer o no.
ResponderBorrarTe mando un abrazo desde mi España a tu Canadá.,un país ciertamente hermoso.
Hola Joaquin gracias por tu comentario y Espana es de los paises mas bellos de este planeta en todo sentido, en historia, literatura, gastronomia, arte y para tu pais, mi madre patria, deseo todo lo mejor!!!
BorrarUn abrazote
Hay mucha gente amable, solo hace falta confiar un poco. Y qué bien que un olvido triste se convierta en motivo de alegría.
ResponderBorrarUn abrazo.
Ohhh gracias Beatriz, la verdad quede conmovida por los gestos de solidaridad
Borrarun abrazote