martes, 11 de diciembre de 2012

FRÁGIL


Recibí un regalo “Frágil”.

¡Qué casualidad!, un presente alineado con mis sentimientos,  pues últimamente me he sentido así: frágil.

Como si el mundo, tal y como lo concibo, se pudiera quebrar a mis pies en cualquier momento y junto con él, el universo entero.  

“Frágil”, así decía la etiqueta, en grandes letras,  y sin embargo, la caja de cartón se veía un poco maltrecha. Como que nadie había hecho caso a la advertencia.

Me intrigó sobremanera este misterioso obsequio, que además, no tenía remitente y cuyo peso era considerable. Para ser tan delicado, este paquete parecía contener una pequeña galaxia.

A juzgar por lo golpeado del bulto, la pieza de cristal o porcelana, probablemente,  no habría sobrevivido al viaje.

El cristal es quebradizo y a veces se rompe, como  las ilusiones, como los sentimientos.

Con mucho cuidado, cosa que me es difícil, porque soy torpe y tosca, y tengo lo que en mi familia llaman “mano de tigre” comencé a desenvolver infinitas capas de burbujitas.

Mientras lo hacía, pensé en todas las fragilidades de mi vida. La más importante, precisamente esa, la vida, la mía y la de los que más quiero. La que pende, para todos, de un delgado hilo de plata.

Cuando llegué a la última capa de embalaje, recordé un detalle.

Hace  varios meses encargué un filtro de agua para la nevera.  

Efectivamente. Saqué el prosaico objeto de la caja, entre decepcionada y contenta.

Confieso que no pude contener las risas, por la gravedad de mis pensamientos comparado con lo ordinario del objeto y porque lo único que quedó demostrado fue la fragilidad de mi memoria.

Al final concluí que, si el insípido filtro sobrevivió el trayecto, espero fervorosamente que el resto de mis fragilidades, aunque golpeadas, también resistan este fascinante  tránsito.. la vida… sin percance.

5 comentarios:

  1. En realidad somos así de frágiles, como ese objeto que te llegó, Natalia, y lo malo es que no nos damos cuenta, hasta que en un momento nos paramos a reflexionar, como tú hiciste.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias Rafael, si , el paquete etiquetado de fragil, me detono esta reflexion. Como que le debieran poner a uno esa etiqueta al nacer jajaja.
      Un calido abrazo desde el frio

      Borrar
  2. La fragilidad de nuestros cuerpos, pero especialmente la de nuestros sentimientos. Parar y razonar como tu hiciste nos ayuda a poner los pies en la tierra.
    Lo has desarrollado de forma genial.
    Hace años, llegó a mi casa un paquete sin remite, del tamaño de un libro grueso, sonaba raro, y … Llamamos a la policia, nos dijeron que no lo tocáramos, y que vendrían a recogerlo. Con mucho cuidado lo sacamos a la terraza. Llegaron enseguida y lo examinaron, se decidieron a abrirlo, ellos sabían lo que hacían.
    Dos relojes que mi tío mando desde Suiza para mis hijas.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ester
      Que risa tu cuento de los relojes! Gracias por tu comentario, tengo una preocupacion en la cabeza, creo que por eso la sensacion de fragilidad. Espero pase sin percance.
      Besote gracias por apoyar mi blog! Me encanta el tuyo!

      Borrar
  3. jaja que gran moraleja, espero que mejorases pronto ^^

    ResponderBorrar

Tu comentario es siempre apreciado. Gracias!