martes, 14 de agosto de 2012

MI PIZARRA ZEN


Tengo una pizarra Zen. Me la regaló mi esposo en mi cumpleaños. Él sabe que me encantan las cosas útiles que no sirven para nada.

Es una pizarra gris, sobre una base que es un recipiente lleno de agua con piedritas  y un pincel. Lo mágico y maravilloso de la pizarra es que todo lo que uno escribe se borra inmediatamente. Por eso es Zen, lo que uno garabatea allí se esfuma, como el momento presente.

Exquisito regalo.

Como siempre,  dejé la pizarra Zen por ahí y le di libertad para que eligiera su puesto en la casa. Es mi teoría, cada cosa encuentra su lugar y si es Zen, pues con más razón.

Pero la inquieta pizarra Zen, no se hallaba en mi casa. NIngún lugar le acomodaba.

Hace poco, a raíz de una crisis masiva de desorganización, que comenzó con una mala instalación de una nevera nueva, decidí mudar la pizarrita a mi cuarto.

Allí encontró su querencia.

Yo la llamo la voz de la mañana, una voz que, muy temprano, salta al vacío con honestidad de abismo. Una voz que se sabe mi nombre y me trata de tu, pero que me habla en forma de acertijo. Una voz que proviene de ese estado etéreo entre el sueño y la vigilia. Irreverente, poética, gloriosa, transparente, impredecible, secretamente reveladora.

Desde que la pizarra Zen encontró su puesto, sucede que, segundos después de abrir los ojos, antes de ver el reloj, antes de salir de mi cocuyo de sábanas y plumas, antes de contaminar mi pensamiento con todas esas otras voces que lo aturden a uno durante el día, tomo el pincel, lo mojo delicadamente en el agua de las piedritas y escribo una palabra. Una sola.

 La primera. La que proviene de un lugar muy misterioso de adentro, un lago, una flor o un planeta solitario,

Entonces veo, por segundos,  la palabra escrita y  me dejo sorprender sutilmente. Después, me quedo un momento viendo desaparecer las letras, como si regresaran a su lago, a su flor o a su planeta.

 Es una buena práctica, la recomiendo con o sin pizarra Zen, una libreta basta, aunque a veces el mensaje lo deje a uno lleno de incógnitas.

Esta mañana, por ejemplo,  escribí:

ARCO

Y se la entregué al naufragio de la tinta que se hundió con el momento.

7 comentarios:

  1. qué bonito, Leonor... o Natalia.... o arco... iris...
    y muy buena práctica! también la considero recomendable... un beso, me sigues inspirando con tu manera de usar la palabra

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    1. Hola ML
      No sabes lo feliz que me hace que me leas y te guste lo que escribo y te toque de alguna manera. Es una manera de acortar las distancias. Gracias!

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  2. WoW! Que bonita manera de comenzar el dia! Es realmente muy zen, un extracto del primer instante al despertarse que se va inmediatamente. Perfecto.

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    1. Gracias mc, si es hasta terapeutico, me ayuda a salir de mi camita con menos flojera y mas alegria!
      Besote

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  3. Hola Nat,

    Es un regalo bonito claro, lo bueno es que hayas encontrado espacio para tu pizarra.

    y bueno, ver desvanescer instantes no es lo mío pero lo interesante es como lanzar piedritas al lago y ver extender el movimiento en ondas que se agrandan hasta la desaparición...lo magico nadie se lo quita.

    Saludos querida

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    1. Hola Beatriz

      Que gusto tenerte de visita. Me llegan tus ondas.

      Besote

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  4. Creo que necesito más cosas zen en mi vida...

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Tu comentario es siempre apreciado. Gracias!