martes, 25 de octubre de 2011

Sindrome de Piñata

Siempre le digo a mi esposo que yo sufro del síndrome de la piñata, porque cuando voy de compras, me encanta llegar a mi casa y abrir una bolsa con muchas cosas útiles (e  inútiles) que no sirven para nada, que me exaltan, me enajenan y me dan placer. Como me enseñó uno de mis escritores favoritos, el cual descubrí gracias a mi buena amiga MM a quien le doy crédito por su buen gusto literario, Haruki Murakami, “en nuestras vidas imperfectas, las cosas sin importancia son importantes”, algo así.  Con esa frase me reconcilié con mi absoluta falta de practicidad, mi cualidad favorita. Esa máxima fue una epifanía, una liberación, porque aunque quisiera ser minimalista, soy mas bien maximalista y en mi casa ya no caben los cachivaches. Sin embargo, esta verdad entró en conflicto con otra frase que leí hace poco en un libro de Bioy Casares, “la vida me enseñó, que el amor por las cosas, como todo amor no correspondido, a la larga se paga”. Estoy intentando reconciliar estas dos verdades, tampoco uno se puede apegar a los objetos, a ellos no les importa, es una perdida de energía, un desperdicio de amor…

Pero como ya basta de análisis y melancolías ( mis dos últimos escritos han estado horrorosos), en un ánimo más liviano, y considerando que estos días no me ha pasado nada  realmente notable,  ni siquiera nada ligeramente relevante, pues decidí sentarme a abrir una bolsita de piñata,  y jugar un rato con las cosas insignificantes y maravillosamente inútiles de estos días pasados, que el invierno va acortando lentamente, sumiéndonos en una intimidad densa y violeta, deliciosa.

En  mi bolsita encontré un hilo de aceite. Dios mío, como he pensado en ese hilo! Me sucedió intentando seguir una receta, y como primera vez que ponía en práctica esa técnica (agregar el aceite en hilo),  fue como jugar con un gurrufio.  El aceite se transformó en una especie de elixir de oro, que realizó la alquimia de una vinagreta y de mi ensoñación.

Después conseguí, milagrosamente en mi bolsita, una buena conversación. Sucedió hace unos días cuando celebrábamos el primer chorrito de petróleo, después de cinco años de trabajo. Mi esposo era el anfitrión, es su proyecto, así que nos quedamos, como siempre, de últimos en el pub.  Cuando ya pensábamos que era hora de irnos, llego un rezagado, B., un muchacho irlandés, encorvado, con anteojitos y super tímido. Mi esposo no aguantó dos pedidas para acompañarlo con otra Guiness, y así empezó una conversación de alto calibre intelectual, Guiness con pasapalos de Oscar Wilde, Bernard Shaw,  James Joyce. Llegué a la casa a releer el monólogo de Molly Bloom, lo único que he logrado digerir del Ulises de Joyce. Un placer raro que recomiendo. Creo que esto fue de lo mejor de la piñata, como las cajitas de sorpresa.

De mi bolsita salió una plumita, seguramente de la almohada y que alguien sacó de mi pelo y voló graciosa y leve, como una nubecita.

De la bolsa también surgió el piropo de mi hija por mi cuadro. El mismo que he estado pintando este mes de Octubre y que quedó como un adefesio. Ayer por fin lo develé y lo dejé en el sótano. Cuando mi hija lo vio me dijo: “Me gusta… no para guindarlo.. pero me gusta… es mi abuela”.  Concuerdo con ella totalmente, el cuadro va directo al garaje, pero de alguna manera también me gusta.

De mi bolsita sale el café de la mañana, el cup of chai de la tarde, el vinito de la noche,  que mi lovely husband me ofrece todos los días de mi vida, yo le preparo la cena que el agradece efusivamente, no matter what; es el intercambio de “small kindness” que constituye nuestra aburridísima y plena vida cotidiana. Mi hija me dice que deberíamos salir más y es que yo encuentro que mi sillón es el lugar mas interesante del planeta.

En fin, mi bolsita esta full.

8 comentarios:

  1. Querida! Esto está hermosísimo y profundo. Amerita relectura...
    Y gracias por el crédito que me das. Me resulta honroso.

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  2. Gracias MM, tu siempre le subes la autoestima a mi blog.

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  3. Eres lo maximo. Ya lo dije antes, pero lo repito: me encantan los detallitos, las cositas que cuentas, los pedacitos de cotidianiad. Una maravilla! Estos dias ando tan dispersa, tan nerviosa. Deberia sentarme a hacer una lista de cosas que estan en mi bolsita. Se que estan alli.
    Saludos!

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  4. A pesar de los celos que tengo porque MC te dice que eres lo máximo, he de reconocer que...eres lo máximo. Leer esto es como que me hicieran un cariñito.
    El ejercicio de la bolsita lo hago a menudo, es como mi kit de supervivencia.

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  5. A la cuchiplonga y a Jackie, gracias y las amo! Sus comentarios hacen que mis entregas no se sientan tan solas! Besotes

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  6. Una bolsita de tesoros. Me gustó saber del final del cuadro que pintabas, lástima, pero espero que al menos hayas disfrutado mientras lo pintabas ^^

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  7. Bioy Casares, amorosa.
    El autocorrector nos hace estragos en los textos :)
    A.

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