jueves, 7 de abril de 2022

HELADO DE CHOCOLATE

 


Jamás subestimes el poder de un helado de chocolate.

Lo aprendí ayer.

Un helado de chocolate bien compartido es, por un instante, detener el tiempo.

Dos niñas, sin edad, se sientan en un banquito a mirar más allá del horizonte y saborear la amistad entre palabras y silencios.

Ha sido una larga caminata.

La que hicimos ayer por los caminos de nuestra bella ciudad y la de nuestras vidas.

Desde las aulas de la universidad.

Exámenes, estructuras, hidráulica, mecánica de fluidos, diseño de acueductos, ferrocarriles.

El jardín de una casa soleada de Altamira.

Después, caminos distintos, hasta que llegamos a converger en este remanso con sabor a chocolate.

Como el río de Octavio Paz, ese que “se curva, avanza, retrocede, da un rodeo y llega siempre”.

Así nos trajo a esta tarde de abril, con sus piedras, sus tropiezos, sus momentos de caudal glorioso o de árido estío.

Dos niñas disfrutando de una tarde de amistad y de deleite.

Hasta el próximo heladito.

 

PD: No tomamos selfie jaja, pero quedan estas palabras de recuerdo. Abril 6, 2022. 

Dedicado a mi amiga Mariela


4 comentarios:

  1. Entonces "estuvo bien compartido", ese helado de chocolate.
    Un abrazo.

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  2. Hola Natalia!
    Un helado, unas chuches o una cerveza, cualquier cosa compartida sabe el doble mejor.
    Un abrazote

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