martes, 10 de diciembre de 2019

TRABAJO NUEVO



Dicen que empezar un trabajo nuevo es una situación de alto estrés, comparable con un divorcio (check), o la pérdida de un ser querido (check).

Exageran.

No es comparable, pero sí tienen en común, que de alguna manera es un tránsito por un territorio desconocido, y todo lo inexplorado siempre tiene algo de aterrador.

Caras nuevas, espacios nuevos, procesos nuevos, café nuevo, sistemas nuevos, jefe nuevo.

Lo he vivido muchas veces en mi vida profesional y la verdad, siempre es una circunstancia llena de temores, miedo a no dar la talla, horror al fracaso, en fin.

Diríase que ya uno tiene experiencia y debería resultar más fácil, pero no.  

Comenzar un trabajo nuevo genera cierta, o más bien bastante, ansiedad.

Es una conquista, como quien descubre otro planeta y poco a poco, aprende uno primero a respirar.

Después a moverse, con cautela, para no alterar ánimos u ofender egos.

A mostrar seguridad sin arrogancia, lo más difícil. Casi siempre la seguridad en uno mismo viene con arrogancia.

A golpes he aprendido que, como dijo James Barrie, autor de Peter Pan, "La vida es una larga lección de humildad."

Hoy, en mi afán de intentar ser “agradable”, en mi elocuencia latina (mover demasiado las manos cuando hablo) le derramé, a uno de mis compañeros, el termo de agua sobre todos sus papeles importante.

Ayer, borré un archivo, accidentalmente. Gracias a Dios existe eso que llaman “retrieve versions”, y no hubo daños colaterales, y nadie se dio cuenta.

En fin, la conquista de este nuevo planeta es lenta y accidentada, pero sostenida e inquebrantable, cautelosa pero firme.

Y sobre todo, infinitamente interesante.

Más que la experiencia laboral, la experiencia humana.

Hay obstáculos, pero como leí una vez, “…los obstáculos en la vida, son la vida.”

Ya cumplí un mes en mi nuevo trabajo y voy bien.

Creo.

Mañana le llevo chocolates al que le mojé todos sus papeles.

2 comentarios:

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