El viaje a las montañas, planeado para este fin de semana, se suspendió por tormenta de nieve y temperaturas árticas.
Ni a
Sancho se le ocurre poner una pata afuera.
Hoy amaneció
soleado y azul, pero las temperaturas gélidas persisten. (-26 grados centigrados)
Con
ciertas reservas, decidimos salir y aprovechar el sábado en la mañana para las
usuales diligencias domésticas, entre ellas buscar un nuevo lavaplatos
que compramos hace unos días.
El
paisaje es de una belleza abrumadora.
Mantos
de nieve sin tocar.
Cristal
y escarcha en los arbolitos.
Más adelante.
Almas
paleando nieve.
Almas
arropadas en diez capas de ropa.
Almas
resbalando en la acera (entre ellas yo)
Almas
congeladas.
Yo
me quedé en el carro con la calefacción prendida, mientras mi esposo buscaba el
lavaplatos.
Y allí,
en el refugio de mi soledad, frente a Sears, con todo respeto, escribí mi oración de invierno.
ORACION
DE INVIERNO
Santa Aída, líbranos de las caídas.
Santo Dios de las Alturas, líbranos
de las fracturas.
Ángeles de los Cielos, protégenos
del hielo.
San Roque, líbranos de los
choques.
Santa Glenda, que el carro en
la mañana, prenda.
Santa Irene, y que también
frene.
San Eleazar, que no haya
nieve que palear.
San Simeón, que no falle la calefacción.
San Honorato, ni tampoco el
termostato.
San Lucas de Crimea, mantén
el fuego en la chimenea.
Santa Soledad, quítanos la
resequedad.
Santa Severa, y también la “moqueadera”
San Luis, que no se nos
ponga roja la nariz.
San Felipe, llévate la
gripe.
San Elías, protege a los que
esquían.
Santa Leonor, y a los que
hacen “snowboard”.
Santa Pancha, no permitas avalanchas.
San Expedito, intercede ante Dios, y tráenos un
calorcito.
Y así, con gran devoción:
Pedimos a San Isidro, que
nos libre del peligro.
A San Benito de Palermo, que
nos cuide en este invierno.
A los Ángeles alados, que no
muramos congelados.
Y a San Pascual el Bailón,
para que a pesar de este frío,
¡Pues gocemos un montón!!
Amen.
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Les dejo a mi tocaya Santa Leonor, como que tambien le gustaba escribir! |