martes, 17 de octubre de 2023

TALLER DE ORFEBRERIA

 



Todos los años por esta época, los mejores orfebres del planeta visitan nuestras praderas canadienses.

Estos artistas se instalan sin más techo que el cielo, desplegando sus obras sobre una enorme mesa de trabajo.

 Nosotros, los residentes de la provincia somos testigos, cada día, de la evolución de sus piezas.

Emplean metales nobles y sus aleaciones, oro, plata, bronce, cobre, los cuales complementan con piedras preciosas o semipreciosas.

Allí, en su extensísimo taller, podemos ver muestras de aguamarinas, cuarzos, topacios, granates, zafiros, que van integrando con maestría, en sus intrincadas creaciones.

Al visitar la feria, se perciben en la piel y en los oídos, las vibraciones e incesantes murmullos que producen sus instrumentos de trabajo.

Como hojas sacudidas por el viento, se escucha el ancestral tintineo del cincel, el ruido glacial del bruñidor de bisel, el crujir de la lija que deja sobre el suelo una alfombra luminosa.

En la parte más alejada del taller, una anciana y venerada maestra, espera con paciencia que se suelte esa suerte de polvillo de diamantes, para poder culminar su obra magna.

Al fin llegan, son las primeras nieves que se esparcen sobre las montañas.

Las “rocosas” se recortan sobre el horizonte luciendo al fin, su majestuosa diadema.

El término orfebre, aurifaber, tiene su raíz latina en auri, “oro” y faber “arquitecto”.

Orfebres, arquitectos del oro que labran nuestros otoños, según los designios de la gran maestra y madre Naturaleza.


2 comentarios:

  1. Hola Natalia
    Lástima del spoiler de la foto jajaja
    Cada vez recibo el otoño con más alegría, por aquello de despejar los calores. Y en el monte, los bosques... sí. Buenos orfebres.
    Un abrazo grande

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    Respuestas
    1. Jajaja si spoiler total. Un abrazote, Arquitectos del oro.
      Un abrazote Roland/ Jorge

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