miércoles, 7 de diciembre de 2011

Cristales y Caracoles

Ayer se presentó  en mi oficina un señor de Office Service, con un formulario y un pocotón  de cajas de embalaje, diciéndome que yo estaba en la lista de mudanzas y que tenía que empacar.  Le dije que me mostrara la orden, y efectivamente allí estaba mi nombre. Entré en pánico, nadie me había avisado de otra mudanza, si apenas me estoy acostumbrando a mi nueva geometría del absurdo y todavía, a veces, cuelgo el abrigo en una puerta invisible y guardo papeles en archivos de aire. (ver post Mi nueva Geometría del Absurdo)

Me resigné y comencé a empacar mis aburrimientos de oficina.  Llené como cinco cajas de objetos inanimados y letras muertas, carpetas,  engrapadora, abrehuecos, clips, ganchos, más carpetas. Cuando terminé de etiquetar las cajas, deseé fervorosamente que esas cajas se convirtieran en otra cosa. Que cuando desempacara mis cosas, en vez de engrapadoras y ganchos, encontrara cristales y caracoles; en vez de carpetas con números y curvas financieras, encontrara libros antiguos, pergaminos y poemas viejos; en vez de grapas, tijeras y clips, de la caja saltaran luciérnagas, caballitos del diablo y mariposas azules; en vez de mi termo de café con el nombre de la compañía, una botellita de Oporto o de Chardonnay no caerían mal.

Me fui a mi casa con esta fantasía, esperando que hoy, al volver, mi deseo se hubiese hecho realidad.

Cuando regresé al trabajo esta mañana, me di cuenta de que no me habían dicho el número, ni el piso de mi nuevo despacho. Me fui directo a mi antigua oficina a ver si me habían dejado alguna nota. Lo que conseguí  fueron mis mismas cajas, solo que acomodadas de forma diferente a como las dejé ayer, y encima del escritorio una nota con mi nombre. Allí fue cuando me fijé que, en el formato de mudanza, el From Office #### To Office ####, eran exactamente el mismo número. Es decir, me mudaron de mi oficina, a mi oficina.  Así funciona el sistema.

Aún con la esperanza de que mis inanimadas pertenencias se hubiesen transmutado, y la metamorfosis de clip en luciérnaga fuese todavía posible, abrí mis cajas con la emoción de destapar un regalo. Tal vez, toda esta confusión de la mudanza, obedezca al hecho de que, como dice mi genial  esposo, cuando uno esta “available for magic, the magical thing is that magic happens”.

Ya una vez había tenido la sensación de escape en una época menos agradable de mi vida, hace años, cuando, en una mudanza de apartamento, deseé que el camión con los trastos se quemara o que fuera a parar al fondo del océano y no regresara jamás.  En aquel momento, estar desposeída era mejor que regresar a mi propia realidad, a mi propia infelicidad.

Ahora, mis pensamientos no son tan extremos como antes  y es que mi vida actual  está en  el lugar que quiere estar. (excepto la oficina, que es un mal necesario)

Creo que todas las mudanzas del mundo, no importa que sean desde La Patagonia a Islandia, o desde La China a Senegal,  se parecen a esta mía de hoy: de un punto al mismo punto. El que pretenda que cambiando de lugar, cambia algo, sospecho que se equivoca. Y es que, son otros  movimientos más profundos y menos geográficos, los que lo cambian todo.

De allí quizás que, este surrealista episodio de mi mudanza virtual, se convirtiera  al final en una deliciosa experiencia, y el acto de desembalar fuese mucho más placentero que el de empacar.  De cada caja que abría salían mis mariposas  y luciérnagas, mis cristales y caracoles, mis pergaminos, poemas viejos y hasta mi botella de Oporto. No importa que después mis tesoros, se disfrazaran de engrapadoras, tediosas carpetas, sacapuntas, cuadernos,  clips y mugs con el nombre de la empresa.  A fin de cuentas, yo también cargo mi camuflaje de ingeniero en la oficina.

En conclusión, creo que esta mudanza si resultó.

8 comentarios:

  1. Escribes muy bien,
    que disfrutes el fin de semana.
    un abrazo.

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  2. Muchas gracias Ricardo! feliz fin de semana para ti tambien.
    Otroabrazo para ti.

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  3. Eso de la engrapadora disfrazada me hizo reir, mucho!

    Las empresas a veces son un misterio. A mi me obligaban a tomar cursos de "manejo de quimicos peligrosos", cuando el unico quimico peligroso que estaba en mi entorno era el que usaba la persona que limpiaba, creo yo.

    Yo cambio mucho de opinion acerca de si uno cambia o no al moverse de sitio (ja ja). Creo que si cambio, mi actitud cambia, mi capacidad de ver cosas que antes no veia. Pero mi base, mi fondo, es siempre igual. Fijate, tu cambiaste, porque lograste ver el disfraz de la engrapadora.

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  4. Hola mc, si, a mi hijo lo entrenaron en los hazards de preparar cafe. jajaja. Y si tienes razon, creo que como me paso en esta historia, la unica manera de que una mudanza sea exitosa es si el que cambia es uno. Besote mi linda!!!

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  5. mc: Le hice un ajuste al texto gracias a tu comentario, porque es justamente lo que dijiste lo que trataba expresar, el cambio de perspectiva o de actitud, pero le faltaba un toque para que se entendiera de esa manera. Yo le huyo a las verdades absolutaa, por eso siempre pongo creo, o me parece o sospecho. Gracias, me ayudaste a mejorar mi texto, creo, me parece, sospecho..... besote.

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  6. A Ricardo Minana (cuando aprendere a poner las ~n y los acentos?)visite su blog y me encanto, por alli me tiene de seguidora. Saludos de una venezolana en Canada.

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  7. Jajaja Me ha hecho reir tu historia y me parece que sacas una muy buena conclusión. Ummm quizás en tu despacho del absurdo ocurren cosas absurdas, es un modo bonito de verlo.

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