En el jardín de la casa de mi mamá, en el maravilloso Valle de Caracas, había una mata de mango que cada año floreaba y se cimbraba de frutos.
El jardín parecía una alfombra de mangos, verdes, rosados y amarillos.
Los loros y turpiales, nuestro pájaro nacional, venían a comer de ese manjar.
Mi mamá hacia jalea de mango, batido de mango, “arroz con mango” (los venezolanos me entienden), cualquier cosa con mango, pero eran tantos, que ponía una caja al frente de la casa para que se los llevara algún alma necesitada.
Hoy comprendí que mi meta en la vida es ser una mata de mango, o de cualquier cosa, de esas que ofrecen su abundancia de tanta felicidad que atesoran, que les explota y que nada más quieren compartir.
Un árbol satisfecho y feliz, que sólo quiere ofrecer su plenitud a otros.
Quisiera….
Pero a veces siento que esos golpes que Cesar
Vallejo mencionaba en sus “Heraldos Negros”: Hay golpes en la vida, tan fuertes,
yo no sé!, me convierten a veces, en un árbol endeble, debilucho e incapaz
de ofrecer gran cosa.
Recordando aquella humilde mata de mango, comprendo el sentido de la generosidad.
Esa raiz, músculo, que, en este mundo tan lleno de
consumismo, de satisfacción inmediata, de espejismos, se atrofia y seca.
Mi árbol interior está en proceso de reconstrucción.
Por ahora observo, la naturaleza en su
generosa entrega.
Las flores que imponen sus colores, que trepan,
que no desmayan.
El río que corre, como el tiempo, sin ayer, mañana,
ni hoy.
Y reflexiono en la sensación de mata de mango
que quisiera tener y que a veces experimento, leve, como las madres, que cuando sus hijos comen, se sienten alimentadas....
Cuando escribo, o cuando vienen mis hijos y
compartimos lo que haya. Otra enseñanza de mi querida mamá, que multiplicaba
los panes cuando se presentaban sin aviso tantos comensales. “En esta casa se
comparte lo que haya,” decía.
Lecciones de abundancia, que me dejó mi mamá,
mi tierra.
Mi mata de mango.
PD: Regreso al blog después de muchas semanas
de pandemia. No por falta de ánimo, sino de computadora, se me dañó o mi laptop
(ya resuelto el problema), y bueno muchos otros cambios en mi vida. Pero aquí estoy,
buscando mi matica de mango, otra vez…
Espero que lo encuentres y también la tranquilidad y la paz.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias Rafael, tu comentario, me saco una sonrisa!
BorrarEspero estes muy bien.
Un Barzo grande.
Quise decir Abrazo* jaja
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