“La
vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias”
Rosa
Montero
Mayo
llega con promesa de luz.
Después
del oscuro y helado invierno, en mi jardín, el de afuera y el de adentro, solo
hay malezas, matas muertas, ramas secas.
Nostalgias
y silencio.
Pero
la luz siempre es una promesa y la primavera invencible de Camus, se impone sin
batallas.
Es tiempo
de podar, de arrancar las malezas.
Mi
jardinero, desde una insondable galaxia, desde el Gran Misterio, me murmura al oído.
Me explica, sobre todo, como remover la tristeza, arrancar el desasosiego, airear la
tierra, sembrar las flores de las alegrías que estarán por venir.
Porque
hay que seguir viviendo “lovely one”, me susurra con su voz grave y pausada, y
hay que cuidar el jardín.
Un día,
de la mano de mi jardinero amable, mi gentilhombre, mi bien amado, volveré a
sentarme en un rincón soleado, junto a él.
En
nuestro Jardín Sagrado.
Meteremos
los pies en una corriente dulce.
Y escucharemos
el viento.
Oleremos
la lluvia.
Sentiremos
de nuevo, el amor infinito.
Y nos
sumergiremos, en el lento fluido de los sueños.
En
silencio.
Bienvenido
Mayo y su promesa de luz.