Leer entrelíneas es trabajo
de eso que llaman “el tercer ojo”.
Esa especie de
clarividencia que permite inferir una intención velada, un sentido oculto, más
allá de las palabras.
Pero el domingo pasado,
estuve no solo leyendo entrelíneas sino caminando entre ellas.
Mi hijo me invitó a una
feria de libros usados.
Los libros se adueñaron
del estadio deportivo (de Curling para más señas, no se puede ser más
canadiense)
Ahí estuvimos horas, caminando entre callejuelas de clásicos de la literatura universal, historia canadiense, poesía, autores contemporáneos.
Encontramos una sección de libros
de colección, donde apareció una edición antigua de un libro sobre Bolívar, por
Emil Ludwig, encargado por el gobierno de Venezuela a este autor en 1938.
En fin, una forma muy táctil de leer, hojeando aquí y allá, frases tomadas al vuelo, poemas para decir adiós.
Entre mi hijo y yo salimos
con unos diez libros en total.
Pero esta anécdota viene
al caso porque, desde hace algunos meses, no solo leo entrelíneas, sino que
duermo, camino, navego y hasta sueño con ellas.
Y no porque tenga un
tercer ojo o le esté buscando la quinta pata al gato sino porque tengo nuevos
amigos.
A ninguno lo conozco
personalmente, pero es como si nos conociéramos de siempre.
Cada domingo, con mi primer café de la mañana, me acomodo en mi butaca y abro mi pequeña ventana al mundo. Allí rodeada de arte y de palabras, comparto con mis compañeros de aventura, quienes viajan desde varios continentes para acompañarme.
Es una bella forma de
compañía, compartir un espacio y un anhelo.
El anhelo de contar historias.
Desde mi rincón, un cálido
saludo “entrelíneas”, literalmente, para todos mis compañeros que cuentan de
maravilla.
Hola Natalia.
ResponderBorrarYo no tengo término medio. O leo muy bien entre líneas, o me pillan totalmente a contrapié. Supongo que depende de si estoy con la guardia baja, o de si parece demasiado bueno para ser verdad. Cosas raras de las líneas de mi cabeza jajaja
Me gustaría ser uno de esos compañeros de aventuras ;)
Un abrazote.
Eres mi companero de aventuras querido Roland!
BorrarAbrazote gigante!