Knox United Church, Calgary, Canada |
Son composiciones de vidrios de distintas tonalidades cromáticas, los cuales una vez ensamblados, cuentan una historia hecha de luz.
El pasado
domingo fui a la iglesia.
No es algo que
haga con frecuencia, pero esta vez fui, no solo a saludar a Dios, sino atendiendo
a una gentil invitación a un concierto.
La bella y antigua
basílica, en el centro de Calgary, estaba a reventar.
Cuando llegué,
ya el coro ocupaba su lugar en el altar principal y la orquesta afinaba sus
instrumentos; ese momento álgido y disonante que anuncia futuras armonías.
Yo logré
escabullirme hasta que encontré un lugar vacío en un banco.
El director,
con impetuoso gesto de su mano, dio inicio al concierto.
Mis oídos
estaban embelesados con la Cantata de J.S. Bach, cuando mis ojos sucumbieron
también ante la belleza del vitral, en lo alto del altar mayor.
Miré en
detalle, esa filigrana de cristal, sostenido apenas por varillas delgadísimas
de metal, que contaban la historia de un Cristo resucitado y glorioso.
La música se adueñó del recinto, armonías corales que brillaban con luz corpórea.
De pronto, me
dejé llevar por un breve pero placentero trance.
El brillo de
los cristales del gran ventanal y las notas multicromáticas ejecutadas
impecablemente por el coro, se fundieron en una especie de mosaico
tridimensional de luz y sonido.
Volví en mí,
cuando los aplausos estallaron en un gran estruendo.
Allí quedé yo
también aplaudiendo, conmovida.
Ahora entiendo
las palabras de ese otro músico, Maurice Ravel, el del famoso Bolero, cuando
dijo que:
“La música es
sueño cristalizado en sonido.”
Gracias al Calgary
Bach Choir por este regalo musical.
Hola Natalia.
ResponderBorrarYo quedé encandilado con los rosetones de Notre Dame.
Y me encanta el bolero de Ravel (Raquel, según Cantinflas jajaja)
¡Un abrazote!
Jajaja Cantinflas el mejor!!
BorrarUn abrazote amigo!