De golpe y sopetón, en mi vida se acabaron los
(as) “ísimos (as)”.
Desaparecieron los superlativos.
Con solamente tres excepciones:
La “ísima” tristeza de su ausencia.
La “érrima” nobleza de mis soles, hijos, quise
decir.
La “isísima” ternura de mi nieto.
En fin.
Confieso que abusé
de los superlativos.
La grandilocuencia del mundo es contagiosa.
Confieso, que presumí de mi gran amor, de
manera exultante.
Y lo sigo haciendo.
Es lo único que me queda.
Yo y mi historia de amor.
Pero el duelo es sobrio.
La serenidad es sobria.
La soledad es sobria.
No hay espectacularidad en mi nueva vida.
Mi nueva vida es sobria.
Pensaba que insípida.
Pero la sobriedad no es insípida.
Quiero pensar al menos que…
La sobriedad tiene un sabor delicado.
Un aroma suave.
La levedad de una pluma.
La elegancia del cisne.
La justa medida.
La dimensión exacta.
El refugio perfecto.
Adiós a los superlativos.
PD: Disculpen mis escasos pero amables y
queridos lectores, esta, mi nueva voz, un poco depresiva. Es que a veces duele
hasta respirar.
Ahora todo es con otra mirada, las palabras hablan diferente, la costumbre no llega aun, hay que esperar un poco mas y agarrarse a los recuerdos, a la suerte de lo compartido. La vida ya es diferente para siempre pero hay que vivirla ahora con doble esfuerzo por los dos. Que tu ternura no te quite la fuerza de seguir. Un abrazo
ResponderBorrarGracias Ester, eres muy sabia, y tus comentarios siempre me confortan mucho. Gracias , mil gracias.
BorrarUn abrazo grande.
Espero que recuperes la sonrisa y sé que no es fácil.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias Rafael, lo intento. Escribir, aunque cosas tristes, me ayuda. Y tus palabras de ánimo las agradezco.
BorrarUn fuerte abrazo
Es posible que los ísimos se recojan en sí mismos por mostrar discreción a tu pena. Ojalá poquito a poco aparezca uno por aquí y por allá, flores tímidas que te vayan haciendo un jardín. Por ahora la suavidad de las plumas parece una amable presencia.
ResponderBorrarBesitos y cariños.
Hola Taty! Siempre con tus palabras tan dulces y acertadas. Un gran abrazo y gracias por esa presencia siempre tan amable en mi blog.
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